Hace unos días escuché a unas personas que enumeraban razones por las cuales no les gustaba el juego del Amigo Secreto o intercambio de regalos. Estas son prácticas que tienen bastante tiempo, se realizan en ámbitos educativos y laborales cuando llega la navidad, pero también en familias numerosas, como una manera de divertirse o agregar más emoción a estas fechas.
¿Cuál es el porqué del rechazo a esta práctica? Son varias las razones: pero las principales son: no saber qué regalar o la inconformidad de quien recibe. Nuestro amigo @emiliorios ha creado un post interactivo, con alternativas para quién no sabe qué regalar.
Yo quiero detenerme en la otra parte, el cómo recibir un presente. Desde que abrimos los ojos, al comenzar el día, recibimos obsequios, no siempre los vemos y pocas veces los agradecemos. Tenemos la vida y la posibilidad de hacer que el día sea bueno. Una página nueva que escribir. Cielo, sol o lluvia, aves, brisa, café, jardín, gente querida, planes y más. Los regalos diarios llegarán como lo hacen cada día, solo hace falta aprender a observarlos y recibirlos.
Creo que está allí la clave del asunto, cómo miramos el regalo que recibimos. Detrás de un obsequio está la intención de agradar, hay un tiempo invertido, esfuerzo y sí, un gasto económico, cuando nos estamos refiriendo a un elemento tangible; pero nunca el valor de lo recibido va a superar el sentimiento con el que ha sido entregado.
Quizá esta sea también una de las causas del rechazo a este juego. A veces la invitación a jugar es forzada para querer provocar una socialización, ocurre mucho en los sitios de trabajo. Las personas reaccionan con cierta suspicacia o incomodidad cuando toman el papel con el nombre de quien va a recibir y si no se tiene un conocimiento previo o algún grado de afecto, es más difícil saber qué se va a regalar.
Pero supongamos que somos quienes vamos a recibir y resultamos sorprendidos con un presente opuesto a nuestros gustos o estilo de vida, reaccionar de manera desagradable no remedia el mal momento, todo lo contrario nos deja mal parados a nosotros mismos.
Es importante no tomarnos el asunto demasiado a pecho, se supone que si no nos conocemos bien, no tiene el otro por qué saber de nuestros gustos. A menos que sea un acto de mala intención y agreda nuestra sensibilidad, en cuyo caso, de buenas maneras, podemos negarnos a recibir.
Generalmente, quien entrega un regalo espera el agrado del receptor. Tiene su carga de estrés incluida en las expectativas que se hace acerca de si su regalo será bien visto. Ya hay aquí un elemento que podría volver pesado el juego. Hay personas que catalogan al otro según lo que reciben: pichirre, ordinario, poco observador y más.
Recuerdo que en los juegos de antaño, las personas se ofendían sí recibían un jabón, desodorante, o cualquier artículo de belleza. «¿Por qué me dio esto?» , era la pregunta que se hacían y de allí sacaban sus conclusiones, con las consecuencias de que la amistad quedara fracturada. Hoy en día hay artículos de tocador tan costosos y hermosamente presentados que serían un detalle agradable y bien recibido.
Mi madre conservaba con especial cariño los recuerdos de momentos especiales que se le daban, ella los veía como una atención; pero hay quien estas cosas las considera baratijas y se deshace de ellas sin darles ninguna importancia. Una amiga recibió tres perritos de cerámica con vendajes en la cabeza o alguna de las patas, y terminó echándolos a la basura porque no entendía para qué le habían dado tres perros enfermos.
Considero que la primera respuesta debe ser dar las gracias con genuino entusiasmo. Cuando se sabe apreciar el valor afectivo de las cosas, lo que se recibe se impregna de ese cariño. Mis nietos me hacen dibujos y los acepto con agrado, porque los imagino dibujando para mí y esa energía es maravillosa.
En este momento, donde la situación económica está tan difícil, se engrandece el gesto y eso debe ser tomado en cuenta para agradecer y darle el verdadero valor al detalle recibido.
Gracias por tu amable lectura.
Mi contenido es original.
Fotografía propia e imagen propia editada en Canva.
He utilizado el traductor de Google.
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English Version
A few days ago I heard some people listing reasons why they didn't like the Secret Santa game or gift exchange. These are practices that have been around for quite some time, they are carried out in educational and work environments when Christmas comes, but also in large families, as a way to have fun or add more excitement to these dates.
What is the reason for the rejection of this practice? There are several reasons: but the main ones are: not knowing what to give or the dissatisfaction of the person receiving it. Our friend @emiliorios has created an interactive post, with alternatives for those who don't know what to give.
I want to focus on the other part, how to receive a gift. From the moment we open our eyes, at the beginning of the day, we receive gifts, we don't always see them and we rarely thank them. We have life and the possibility of making the day good. A new page to write. Sky, sun or rain, birds, breeze, coffee, garden, loved ones, plans and more. Daily gifts will arrive as they do every day, we just need to learn to observe them and receive them.
I think that's the key to the matter, how we look at the gift we receive. Behind a gift there is the intention to please, there is an investment of time, effort and yes, an economic expense, when we are referring to a tangible item; but the value of what is received will never exceed the feeling with which it was delivered.
Perhaps this is also one of the causes of the rejection of this game. Sometimes the invitation to play is forced in order to provoke socialization, it happens a lot in the workplace. People react with a certain suspicion or discomfort when they take the paper with the name of the person who is going to receive it and if they do not have prior knowledge or some degree of affection, it is more difficult to know what is going to be given.
But let's suppose that we are the ones who are going to receive it and we are surprised with a present that is contrary to our tastes or lifestyle, reacting in an unpleasant way does not remedy the bad moment, on the contrary, it leaves us in a bad position.
It is important not to take the matter too seriously, it is assumed that if we do not know ourselves well, the other person does not have to know about our tastes. Unless it is an act of bad intention and offends our sensitivity, in which case, in a polite manner, we can refuse to receive.
Generally, whoever gives a gift expects the recipient to like it. It has its load of stress included in the expectations that are made about whether the gift will be well received. There is already an element here that could make the game heavy. There are people who classify the other according to what they receive: snobby, ordinary, unobservant and more.
I remember that in the games of yesteryear, people were offended if they received a soap, deodorant, or any beauty item. "Why did he give me this?" was the question they asked themselves and from there they drew their conclusions, with the consequence that the friendship was fractured. Today there are toiletries so expensive and beautifully presented that they would be a nice and well-received detail.
My mother kept with special affection the memories of special moments that were given to her, she saw them as a kindness; But there are those who consider these things trinkets and get rid of them without giving them any importance. A friend received three ceramic dogs with bandages on their heads or one of their paws, and ended up throwing them away because she did not understand why they had given her three sick dogs.
I think that the first response should be to give thanks with genuine enthusiasm. When you know how to appreciate the emotional value of things, what you receive is imbued with that affection. My grandchildren draw me pictures and I accept them with pleasure, because I imagine them drawing for me and that energy is wonderful.
At this time, when the economic situation is so difficult, the gesture is magnified and that should be taken into account to thank and give true value to the detail received.
Thank you for your kind reading.
My content is original.
Own photography
Own image edited in Canva
I have used Google translator.
Por lo general en el juego del amigo secreto siempre voy sin expectativas, regalo algo que considero que le va a gustar, y creo que doy buenos regalos. Busco un bolsa de regalo linda, y le pongo todo el detalle posible. Pero, no siempre recibo regalos jajajaj
Hay regalos que no vienen en bolsas lindas y son tan especiales e inolvidables, cada día están presentes, a veces los recibimos de quienes menos imaginamos y otras, están allí y no nos hemos percatado.
Mi saludo y cariño.
¡Felicitaciones!
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Atentamente
El equipo de curación del PROYECTO ENTROPÍA
Muchas gracias.
Bueno.. yo con el amigo secreto soy algo así. en casi todas mis experiencias, me han regalado cosas que no significan tanto para mí. Y siento que yo me esmero súper, en tratar de encontrar un regalo que se identifique con la persona, que a veces recibir algo que no se identifica conmigo, es difícil de aceptar. Pero aún así, decido jugar el amigo secreto.