¿TU NOMBRE ES DEL “ALMANAQUE ROJAS HERMANOS”?

in #spanish6 years ago

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Este calendario venezolano es de tiempo antiquísimo, pero estuvo a la palestra de la moda en Villa de Cura, estado Aragua, Venezuela, hasta por allí en los años 60. Apenas despuntaban los primeros días del mes diciembre de un año viejo, cada cabeza de familia corría a buscar el calendario para el año que estaba por venir. Desplegado era de tamaño estándar todo tiempo. Medía el pliego completamente desplegado 60x40 centímetros.

En 1871 dicen los historiadores que se tiró el primer número en la ciudad de Caracas y siguió imprimiéndose posteriormente pero de manera interrumpida, por sus iniciadores los hermanos José María (que se firmaba: de Rojas) y el escritor y geógrafo Arístides Rojas, epónimo de la escuela de Villa de Cura.

En Villa de Cura hasta los años 60 lo distribuía la “Farmacia Central”, regentada por don Félix Valderrama. Al comienzo la botica lo daba de obsequio sin ningún condicionamiento. Muchas personas los encargaban al señor Valderrama con antelación. No recuerdo bien, pero creo que también lo vendió doña Vicenta de Manzo en su librería de la calle Real.

Cada ejemplar, que yo recuerde, cuando lo comenzaron a vender costaba 0,50 (un real). Te lo entregaban doblado en cuatro como si fuera un mapa. De manera que algunos lo desplegaban y lo montaban en un cuadro de vidrio y se colgaba en la sala u otro ambiente de la casa. En mi caso, mamá lo volvía a doblar y nuevecito lo guardaba en un baúl. Era un instrumento consultado por las distintas capas de la sociedad venezolana.

Sigue circulando hoy pero en ediciones muy limitadas, apenas a comienzo de 2019 observé desde el asiento de una unidad colectiva que, un hombre que trabaja de buhonero lo estaba vendiendo en la isla de la Avenida Casanova Godoy de la ciudad de Maracay. No me dio chance de averiguar el precio.

El calendario tiene un diccionario de nombres parecido a un Larousse o como una guía telefónica. Trae la influencia de los astros; el santoral eclesiástico del día para colocar nombre al hijo recién nacido. Si por ejemplo, tú naciste un 24 de diciembre, según el almanaque te llamarías JESÚS; en cambio, si nacías el 28 de diciembre te irías a llamar INOCENCIO, por ser el día de los Santos Inocentes. A veces correspondía un nombre tan simple y ordinario que cuando el muchacho o la muchacha crecía los dejaba temblando.

Contiene el calendario unas efemérides para saber qué se festeja el día a día, cada nombre tiene el encantador sabor del santoral del día. Igualmente los horarios de salida y puesta del sol, de gran ayuda en la navegación aérea y marítima; es una garantía para que los agricultores pudieran conocer las distintas fases de la luna; anuncios sobre la entrada y salida de aguas con el fin de determinar la época de siembra y tomar decisiones para el tiempo de cosecha. ¡Ah! Y lo consultan también los metafísicos y naturistas.

Ocurría una cosa muy natural. El calendario citado, en la portada tiene dibujada una cabeza de chivo, la ilustración se convirtió en una referencia popular de filoso humor. Esto sirvió para que en toda la Venezuela de entonces se corriera un certero y famoso refrán, cuando una persona le decía a uno: Tal cosa es más vieja que el chivo del almanaque.

Dicen que en la Caracas de entonces uno de esos especialistas en colocar sobrenombre, echador de bromas, le puso a un periodista de famosa trayectoria, el cariñoso mote de Chivo negro , porque su rostro tenía un gran parecido al chivo del almanaque de los hermanos Rojas.

Antiguamente los nombres lo ponían los taitas. Ahora los nombres de las criaturas quienes lo escogen usualmente son los papás, utilizan la combinación del nombre de la madre con la del padre, y a veces prefieren seleccionar uno extranjero.

Yo recuerdo que en la Villa en los años 50 era párroco el padre César Lucio Castellanos, un padre gruñón que todo el mundo decía que era valenciano, pero la verdad es que era cubano. En la propia pila bautismal el cura le insinuaba con autoridad a padres y padrinos, a la hora del bautizo, que no le pusieran a los niños nombres foráneos, sino vernáculos y recomendaba los del “Almanaque Rojas Hermanos”.

La Villa de San Luis, Peregrinación de 2019

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Buen post. Mi nombre y el casi todos mis hermanos fueron tomados del Almanaque Rojas Hermanos. Me parece buena referencia, asi los nombres propios se mantienen y se evita colocarle a los niños nombres combinados que a veces no se pueden pronunciar correctamente