Morela - Relato. Final

in #castellano6 years ago (edited)





Fotografía tomada con mi celular (Huawei P8 Lite)


Morela



Todo lo que veía y sentía Morela en su pesadilla parecía interminable, era como si estuviera viendo una película de terror donde ella era la víctima. Una vez sellada la casa, el hombre salió al frente de su casa y se marchó en un vehículo, era de noche y Morela desde afuera veía toda la casa tapiada, sellada con bloques y cemento por todos lados. Luego se vio así misma en el cuarto, sentada, atada e inconsciente.

Morela despertó de su larga y horrible pesadilla exaltada y dando bocanadas de aire, como si se estuviera ahogando, se levantó de la cama y trató de calmarse, miró el reloj y ya era tarde, debía irse a trabajar. La angustiada mujer logró calmarse, se duchó y al salir vio en la cama la pulserita, se vistió y se fue a trabajar dejando su amuleto sobre las desordenadas sábanas. Esta vez estaba desconcertada, pensó que tan sólo había sido una pesadilla, pero le preocupaba el hecho de no haber tenido un bonito sueño como los anteriores, esto le hacía dudar ahora de todo lo bueno que había pensado antes de su amuleto.

Morela llegó a su casa muy agotada y con un fuerte dolor de cabeza, no había dormido nada bien la noche anterior, entró al cuarto y sin cenar ni desvestirse se tiró en la cama, al caer sobre el colchón saltó la pulserita, entonces ella observó su nombre otra vez, la tomó con su mano y se la quedó mirando como siempre y vencida por el cansancio se quedó dormida.

Al cabo de una hora volvió a soñar, lamentablemente era la continuación de la pesadilla de la noche anterior. Morela volvía a sentir esa intensa angustia pero mezclada ahora con un sentimiento escalofriante que le helaba los huesos, comenzó a ver como ella despertaba y trataba desesperadamente de zafarse de sus amarres, lo hacía con tal fuerza que sus brazos sangraban, con gran esfuerzo logró liberarse, entonces torpemente y adolorida se paró de la silla, miró la ventana y vio que estaba totalmente tapada con bloques, el aire del cuarto era asfixiante y salió lentamente arrastrando sus pies, llegó a la sala y pudo ver que estaba encerrada en la casa, todas las puertas y ventanas estaban selladas. Trataba de pedir ayuda, buscaba alguna rendija en las paredes o el techo pero no conseguía ninguna, el calor de las luces del interior de la casa era sofocante, gritaba con fuerza pero sus gritos sólo eran escuchados por ella y repetidos por el eco de la casa.

Morela trató de encender el aire acondicionado pero este no funcionaba, toda su ropa estaba empapada de sudor, su marido no sólo había cortado el sistema de acondicionamiento de toda la vivienda, sino también la había dejado sin agua y sin comida, lloraba sin cesar, entraba en un horrible pánico y buscaba inútilmente la forma de salir del encierro, no sólo sufría por ella, también lo hacía por su bebé, sabía que los dos iban a morir. En su pesadilla Morela sentía que el tiempo pasaba muy rápido, se veía a sí misma y como su debilitado cuerpo se arrastraba por el piso.

Como pudo volvió a subir al cuarto y de una gaveta sacó una pulserita de oro, la pulsera tenía gravado el nombre de Morela, sabía que su bebé iba a ser una niña, lloró hasta más no poder y apretó la pulsera con fuerzas en su mano, luego calló en el piso sin soltar la pulsera y exhaló su último aliento. Morela había muerto junto a su bebé que no pudo nacer, un extraño sentimiento invadía a Morela cuando se vio morir a sí misma, pero su pesadilla no había terminado, el horror apenas comenzaba. Repentinamente vio como tirada allí en el piso su cuerpo se descomponía rápidamente, era como si viera una película a alta velocidad, presenciaba la rápida descomposición de su cadáver hasta el punto que llegó a ser casi un esqueleto, en su vientre se veía el cadáver de la bebé, todo esto lo soñaba Morela queriendo despertar; se movía desesperada en la cama pero no despertaba.

Morela veía como su cadáver descompuesto se llenaba de gusanos, entonces sucedió algo espantoso, de uno de los drenajes del baño salieron una gran cantidad de ratas, y comenzaron a comer lo último de carne que quedaba de sus restos humanos, ella veía como algunas ratas le desprendía su cadavérica mano, mano en la que tenía aún sujetada la pulserita de oro, las ratas se peleaban por el huesudo miembro pero uno de los roedores se llevó una parte de los restos entre sus dientes y con ellos la pulsera pegada a uno de los huesos, el asqueroso roedor corrió y entró de nuevo por el mugriento y oscuro drenaje del baño, Morela en su escalofriante pesadilla veía como la rata entraba en ese negro ducto, podía oler esos olores nauseabundos de los desechos y gases en descomposición de aquellos oscuros, grumosos y estrechos espacios. Repentinamente la pulserita se desprendió del hueso que la sujetaba y calló en las aguas negras que corrían como un caudaloso río, Morela veía como la pulsera era arrastrada por estas aguas hasta que por fin logro despertar dando gritos en su cama.

Esta pesadilla causó un gran impacto emocional en Morela, tomó la pulserita y la tiró a la basura deshaciéndose de ella. La noche posterior a la pesadilla no podía ni quería dormir, pensaba todo tipo de cosas en su cabeza. Inevitablemente a altas horas de la noche la traumada mujer se quedó dormida, pero esta vez durmió profundamente y tranquila, al despertarse por la mañana agradeció a Dios por no haber tenido pesadillas. Por alguna razón Morela volvió a buscar la pulsera que había tirado a la papelera de su cocina, había algo en ella que le atraía, a pesar de haber culpado la prenda de sus horribles sueños ella pensaba que quizás había algo detrás de la pulsera, algún secreto que quería revelarle alguien o algo de ese lugar que llaman el más allá. Comenzó a pensar qué hacer con la prenda y se le ocurrió llevarla a una iglesia para contarle lo sucedido a un cura y que este bendijera la pulsera.

Morela pasó varias noches durmiendo bien, incluso a pesar de haberse acostado con la pulsera en sus manos, la idea de que la prenda poseyera alguna maldición se había esfumado de su cabeza. Luego de tanto pensar decidió al fin ir con la prenda a una iglesia católica que le recomendó una amiga a quien le había contado todo, la iglesia estaba ubicada en una zona muy céntrica de la ciudad, pero Morela nunca había ido allí, cuando caminaba con su amiga, quien la acompañaba hacia la iglesia, observó que la calle le era muy parecida a la que estaba en sus sueños, esa que daba al frente de la casa donde vivía en esa horrible pesadilla. Cuando llegó frente a la iglesia y vio su entrada sufrió otra impresión, la iglesia era idéntica a la de sus sueños, estuvo a punto de arrepentirse y devolverse para no entrar, pero su amiga logró persuadirla y entraron juntas.

Morela se sorprendía de la similitud del interior de la iglesia con la del sueños, luego de hacer un gran esfuerzo llegó al confesionario, allí se sentó relajada y escuchó al padre, luego sacó la pulsera de su bolsillo y le contó todo al sacerdote. Al terminar de relatar todo aquello le pidió al padre que bendijera la pulsera, el padre le dijo que se vieran frente al altar donde había una gran cruz de madera, al salir del confesionario observó que el sacerdote estaba un poco nervioso, su cara expresaba cierta inquietud; una vez en el altar le entregó al padre la pulserita de oro, pero este parecía no querer tomarla, la miraba con ojos de asombro, luego de unos segundos de espera, miró a Morela y con manos temblorosas tomó por fin la prenda,

—¿pasa algo, padre? —preguntó Morela preocupada,

—no, no pasa nada —contestó el sacerdote con un tono nada convincente.

A pesar del comportamiento del cura, este hizo todo el ritual correspondiente y bendijo la pequeña pulserita, Morela le dio las gracias, pero cuando se disponía a bajar del altar el padre la tomó por el brazo y le dijo,

—hija mía, todo lo que me has contado es muy extraño, y existen ciertas coincidencias con algo que sucedió hace muchos años y me fue contado por uno de los padres que me precedieron en esta iglesia.

El padre condujo a Morela a una oficina y allí la sentó, le mostró un registro de casamientos y había uno de una mujer que se llamaba Morela. El padre con una hoja blanca tapaba los detalles del registro: el apellido de la mujer, el nombre del esposo y demás datos; esto lo hacía para evitar develar alguna información que era confidencial para la iglesia o que podía comprometerla en algo ilegal o escandaloso. Al ver esto Morela se sorprendía enormemente, miraba al padre y le preguntaba todo tipo de cosas, pero este argumentaba no poder dar detalles al respecto.

Luego el padre le dijo a Morela que tenía que mostrarle otra cosa pero fuera de la iglesia, salieron juntos mientras su amiga observaba extrañada lo que sucedía, al salir Morela y el sacerdote cruzaron la calle y caminaron pocos metros, allí le mostró una casa que era idéntica a las de sus pesadillas, estaba totalmente tapiada, y había estado así por muchos años; el padre tuvo que controlar a la nerviosa mujer que casi se desmaya, luego ella miró con detenimiento y en la entrada de la vivienda estaba el nombre de la casa, Morela. El padre logró controlar a perturbada mujer y la llevó de nuevo al interior de la iglesia.

Luego de que el sacerdote y la amiga de Morela la ayudaron a salir del choque emocional que había experimentado, el padre les confesó que la pareja que se casó en esa iglesia y que estaba en el registro que le había mostrado, se mudaron a esa casa, pero que un día, la vivienda amaneció totalmente sellada por todas partes, les dijo que habían muchos mitos sobre esa casa e incluso hasta leyendas urbanas, pero nunca se ha sabido nada en concreto. Lo único que a él le consta es que al parecer se comentó una vez que simplemente la pareja se había mudado he ido a otro país, y que la familia de la mujer sólo se comunicaba con ella por teléfono, si era ella realmente quien hablaba con sus familiares, nadie lo sabe. El extraño detalle era el por qué la casa la habían tapiado y por qué nadie la ha habitado nunca desde entonces,

—todo entra en el imaginario de la sociedad, dando lugar a los mitos y leyendas —terminó diciendo el padre despidiendo a las amigas de la iglesia y bendiciéndolas a ambas con la señal de la cruz.

Mi amiga Morela terminó de contarme esto con una sonrisa en sus labios, me miró y en sus ojos había lágrimas, pero se notaba que era de felicidad y alegría, era algo raro todo aquello, luego nuestra conversación terminó. Me despedí de mi amiga y salí con muchas dudas e intrigas en mi cabeza. Realmente no sé si creer lo que me dijo, lo que sí es cierto es que ella no podía tener hijos y ahora tenía una hermosa niña, que la iglesia que me menciona está en una calle muy famosa de la ciudad y sobre todo que esa casa que ella menciona realmente existe, y está totalmente tapiada desde hace muchos años. Fue tal mi curiosidad que pasé con mi vehículo de nuevo por esa casa, muchas veces uno pasa por allí y ésta pasa desapercibida, pero esta vez incluso me bajé del carro y caminé hasta el frente de la casa, allí vi algo que nunca había detallado y que me sorprendió, en la entrada de la casa hay una placa ya muy desgastado por el tiempo, sin embargo se puede leer el nombre de Morela, y la forma en que está hecha esa placa es exactamente igual al de la pulserita de oro que pude apreciar muy bien en esa fotografía de esa hermosa niña llamada también, Morela.




Fotografía tomada con mi celular (Huawei P8 Lite)


Fin


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Ohhh, amigo @rnunez09, realmente una gran historia. Envuelta en ese halo del misterio y la incertidumbre. Hay cosas en la vida que pueden tener tal grado de impacto. Bien podríamos inscribir esta experiencia en lo que muchos llaman reencarnaciones y la pulsera, haya sido el conector de las energías grabadas en una vida anterior.
Te felicito, porque la hilaridad del relato, mantiene el suspenso hasta el final.
Un gran saludo y que florezca la creación.

Muchísimas Gracias por leerme armonia. Sí, es precisamente lo que comentas las idea principal del relato. La casa Morela, está en una calle muy conocida de Maracaibo, es la calle 5 de julio. Sobre esa casa hay muchas leyendas urbanas y realmente tiene muchísimos años cerrada... es un misterio. Me gustaría en un futuro investigar más al respecto sobre esa casa.