El ser humano convive con misterios, fenómenos y experiencias, pero tenemos dos realidades inseparables y entrelazadas a cada paso que damos: la vida y la muerte, como afirma el psicólogo Gil Germán
Estamos acostumbrados a verificar la fecha de caducidad de los productos comestibles que compramos en los supermercados, pero jamás pensamos en que también nosotros tenemos una fecha en que ya dejaremos de ser viables y útiles, porque ya no vamos a existir. El problema es que en ninguna parte de nuestro cuerpo hay una etiqueta que diga cuándo es esa fecha en que dejaremos de existir. Lo extraño es que, vivimos como si nunca fuéramos a morir. Es curioso ver, como vivimos aferrados a las cosas materiales y muchas veces ni siquiera el habito de compartir desarrollamos. Nos convertimos en espectadores de lo que les ocurre a los demás.
Dentro de nuestra existencia, este binomio representa la totalidad del hombre, en primer lugar la vida, un fenómeno complejo que aún no logramos comprender del todo y que se entiende desde la activación de nuestras funciones orgánicas, caracterizado por el cambio y la evolución. Por otro lado, tenemos la muerte, proceso identificado por el cese de las funciones vitales de una persona.
Un binomio inevitable que nos ocurre a todas las personas.
Al reflexionar sobre este binomio lo podemos hacer de diversas maneras, por un lado con el temor hacia la muerte como ese final de la existencia que no quisiéramos que ocurriera, también podemos mirarlo como un castigo a ser superado donde la vida no es oportunidad sino una maldición, para otros el binomio será un misterio a ser aclarado, siendo muchos quienes logren percibirlo como una oportunidad que es parte de la existencia humana. Y sé que somos muchos los que llegamos a valorar solamente una cara de este binomio.
Sin embargo como nos dice Enrique Amo Arteo
Hay realidades que son cara y cruz de una misma moneda, inseparables. Una de ellas siempre será la versión positiva, mientras que la otra será la versión negativa del mismo acontecimiento. Algunas están tan indisolublemente unidas, tan juntas, que no puedes vivir una de ellas sin perderte la otra. Pero, así es la condición humana, cada cual nos empeñaremos en destacar una sobre la otra. Cuando es así nos perderemos una de las mitades, además de no saber disfrutar en plenitud de la otra.
Más allá de la postura que tomemos lo innegable es que el binomio de una u otra manera nos alcanza a todos y alimentamos aquella expresión muchas veces repetida por Martín Valverde "todos los hombres mueren, pero no todos los hombres viven".
Esa es mi invitación hoy, abracemos este binomio para vivir plenamente, para disfrutar este viaje y el día que tengamos que despedirnos lo hagamos desde la plenitud y satisfacción de haber vivido.
Living and dying: an inseparable binomial
The human being lives with mysteries, phenomena and experiences, but we have two inseparable and intertwined realities at every step we take: life and death, as psychologist Gil Germán states.
We are used to checking the expiration date of the edible products we buy in supermarkets, but we never think that we also have a date when we will cease to be viable and useful, because we will no longer exist. The problem is that there is no label on any part of our body that says when we will cease to exist. The strange thing is that we live as if we were never going to die. It is curious to see how we live clinging to material things and many times we do not even develop the habit of sharing. We become spectators of what happens to others.
Within our existence, this binomial represents the totality of man, first of all life, a complex phenomenon that we still do not fully understand and that is understood from the activation of our organic functions, characterized by change and evolution. On the other hand, we have death, a process identified by the cessation of a person's vital functions.
An inevitable binomial that happens to all of us.
When reflecting on this binomial we can do it in different ways, on the one hand with the fear of death as the end of existence that we would not want to happen, we can also look at it as a punishment to be overcome where life is not an opportunity but a curse, for others the binomial will be a mystery to be clarified, being many who manage to perceive it as an opportunity that is part of human existence. And I know that there are many of us who come to value only one side of this binomial.
However, as Enrique Amo Arteo says
There are realities that are heads and tails of the same coin, inseparable. One of them will always be the positive version, while the other will be the negative version of the same event. Some are so indissolubly united, so close together, that you cannot live one of them without missing the other. But, such is the human condition, each of us will insist on emphasizing one over the other. When this is the case, we will miss one of the halves, besides not knowing how to fully enjoy the other.
Regardless of the position we take, the undeniable fact is that the binomial in one way or another reaches us all and we feed that expression often repeated by Martín Valverde "all men die, but not all men live ".
That is my invitation today, let us embrace this binomial to live fully, to enjoy this journey and the day we have to say goodbye, let us do it from the fullness and satisfaction of having lived.
CRÉDITOS
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Muy acertado tu post. Saludos hermano.
Que alegría leerte por acá mi estimado amigo