Imagen de Pexels en Pixabay Fuente
Aunque suelo ser planificada para mi trabajo, en mi vida personal me gusta la improvisación. Eso le da una adrenalina extra que hace a los resultados, algo más emocionante. Pero no es del todo así, dentro de la huida a las rutinas, hay siempre un ejercicio rápido de visualizar pros y contras, antes de la acción.
Pero en este caso, la idea llegó de la nada, y sin pensarlo, un día me levanté y dije: “me voy a Trinidad”. Mi mamá, un tanto acostumbrada a mis ideas locas, me pregunta: ¿Y qué vas a hacer allá? A lo que respondí, “no sé, cuando esté allá me enteraré”
De esa idea pasaron dos meses, y yo seguía insistiendo en que me iría. Mi mamá ya me veía con cara de incrédula cuando salía el tema en cualquier conversación. Y un día me dicen, ¿podrás acompañar a tu tía a un viaje a La Habana? Ella debía someterse a una cirugía de corazón abierto y logró que la aceptaran en un plan gubernamental para hacerlo, pero tenía que ser en Cuba.
Como yo era el único familiar con pasaporte, acepté acompañarla, porque de paso conocería un país nuevo, con los gastos pagos, una oportunidad que difícilmente llegaría dos veces (aunque en mi caso, si me llegó, porque con los años volví a La Habana, con los gastos pagos)
Allá estuvimos mes y medio, entre médicos y exámenes, pero no lograron concretar la operación y tuvimos que volver a casa, pero no se preocupen, luego de 6 meses, mi tía logró su procedimiento quirúrgico y está bien hasta hoy.
Imagen de Belova59 en Pixabay Fuente
Recuerdo que era diciembre, y todavía no había nada concreto, solo la idea de irme y punto. Así que empecé a averiguar cómo podía entrar a ese país sin problemas de visado y opté por hacer un curso de inglés.
Buscando por internet conseguí varias escuelas, pero había una que ofrecía un paquete con residencia, transporte y estudios. Me comuniqué con ellos por correo electrónico en mi inglés básico, y me pre-inscribí.
Así que un 9 de enero, con la mirada aún incrédula de mi madre, agarré un avión y me fui. Recuerdo que era vuelo nocturno y llegué a las 23 horas, y me esperaba una señora muy agradable con un cartel en el aeropuerto.
Yo, que me creía bilingüe por un curso de 2 meses, no lograba entender mucho y sin tener ni una hora en ese país, ya me empezaba a frustrar no poder comunicarme.
No me perdí en la traducción
Me llevaron a lo que sería mi nueva casa por los próximos tres meses. Ahí esperaba casi dormida la señora Rita, quien se convertiría en poco tiempo, en una madre postiza para mí, en medio de todo ese cambio.
Los primeros días fueron terribles, porque, aunque mi cabeza entendía un poco, no lograba decir las palabras de manera adecuada, y me sentía como Tarzán en la ciudad.
Decidí no hablar en español, aunque mis compañeros de clases eran todos latinos, y en los descansos hablaban en ese idioma, yo empecé a forzarme a usar el inglés. ¡Y dio sus frutos! En un mes hablaba con mayor fluidez, aunque con poco vocabulario, pero para mi ese paso me diferenciaba de los demás, que se habían quedado un poco rezagados.
Coincidió la fecha de los carnavales, y resultaron ser muy vistosos (no tanto como los de Brasil, en los que tuve la dicha de estar muchos años después). En esa oportunidad decliné la invitación de mis compañeros de curso y me fui con la señora Rita y unas amigas a verlo desde uno de los palcos principales.
Celebración previa al carnaval. Foto de Sahil prajapati en Pexels Fuente
De ese día recuerdo mi sorpresa al entablar una amena conversación con una desconocida, completamente en inglés, y que ella no distinguiera en mi algún acento o mala pronunciación que me delatara.
Fue después de esa experiencia que mi confianza se consolidó en el aprendizaje de ese idioma. Eso me permitió hacer amigos que aún conservo, conocer la mayor parte del país, en una expedición un tanto alocada, con un par de “crazy friends” que me llevaron a una rara degustación de comidas y bebidas en diferentes lugares, todo en una sola noche.
Luego de los días de carnaval, fue la celebración del Hosay, una fiesta de origen musulmana, que celebra la comunidad descendiente de los hindúes que viven en la isla (que es la mayoría de la población de ese país) que consiste en la realización de maquetas enormes, con figuras de mezquitas, llamados tadjahs, que pasean en procesión por las calles de la ciudad, durante el día, y que al caer la tarde son llevadas al mar, a donde las depositan prendidas en fuego.
Durante esa celebración compartí con algunos amigos, por las calles de Puerto España, casi siempre sirviendo de traductora y comentando y preguntando a los participantes sobre detalles de la celebración.
Réplica de Mezquita llevada en procesión. Foto de Nicholas Laughlin en Flickr Fuente
Una anécdota bastante particular, es que, durante mi proceso de aprendizaje, solía visitar centros comerciales, para conocer, y también buscando “victimas” para practicar el idioma. En más de una oportunidad le pedía a madres o niños, que hablaran conmigo, y al ver su cara de intriga o temor, les decía que era estudiante de intercambio y que necesitaba alguien con quien practicar mi pronunciación.
Datos curiosos sobre Trinidad
Al ser una colonia inglesa, sus autos tienen el volante del lado derecho, por lo que me resultaba incómodo subir al lado izquierdo, sin sentir que era el conductor designado.
Igualmente, la dirección del tránsito es a la inversa de lo que conocemos, así que, para cruzar la calle, veía para todas partes, porque no sabía por donde se podría aparecer un auto (y esa costumbre no se me quitó jamás)
Su acento al hablar es británico, pero hay una jerga interna en inglés, que difícilmente la puedes aprender, por lo menos, yo no logré ni hablarla, ni entenderla, en los 6 meses que viví allá.
La comida es muy condimentada, y aunque la pidieras sin picante, igualmente te dejaba una sensación de haber comido ají.
Sus comidas son ricas en condimentos.Imagen de Barbara Rosner en Pixabay Fuente
Durante mi estadía, vi establecimientos de ventas de hamburguesas de una cadena conocida a nivel mundial, completamente abandonados. ¿La razón? Ellos no comen carne de vacas, ya que son consideradas sagradas.
Los saris, o trajes indúes típicos para las mujeres, se pueden conseguir en cualquier tienda, pero hay modelos que son para uso exclusivo de quienes son descendientes de los habitantes de la India.
Y un último dato, que, aunque no está directamente relacionado con el país, si tiene que ver con la experiencia de viajar. Cuando vayas a un lugar nuevo, trata de conocer su historia y su cultura, eso te ayudará a que tu experiencia sea mucho más grata y enriquecedora, que la de un turista más.
Gracias por leerme!
How one day I said I'm leaving! And I ended up in Trinidad & Tobago
Although I tend to be planned for my work, in my personal life I like to improvise. That gives an extra adrenaline that makes the results more exciting. But it's not quite like that, within the escape to routines, there is always a quick exercise of visualizing pros and cons, before the action.
But in this case, the idea came out of nowhere, and without thinking about it, one day I woke up and said: "I'm going to Trinidad". My mother, somewhat accustomed to my crazy ideas, asked me: "And what are you going to do there? To which I answered, "I don't know, I'll find out when I'm there".
Two months went by after that idea, and I kept insisting that I would go. My mother looked at me with an incredulous face when the subject came up in any conversation. And one day they told me, could you accompany your aunt on a trip to Havana? She had to undergo open heart surgery and managed to get accepted in a government plan to do so, but it had to be in Cuba.
As I was the only family member with a passport, I agreed to accompany her, because I would get to know a new country, with all expenses paid, an opportunity that would hardly come twice (although in my case, it did, because over the years I returned to Havana, with all expenses paid).
We were there for a month and a half, between doctors and tests, but they did not manage to perform the operation and we had to return home, but do not worry, after 6 months, my aunt got her surgical procedure and she is fine until today.
Imagen by Belova59 on Pixabay Fuente
I remember it was December, and there was still nothing concrete, just the idea of leaving and that was it. So I started to find out how I could enter that country without visa problems and I decided to take an English course.
Searching the internet I found several schools, but there was one that offered a package with residence, transportation and studies. I contacted them by email in my basic English, and pre-enrolled.
So one January 9th, with my mother still looking at me in disbelief, I got on a plane and off I went. I remember it was a night flight and I arrived at 11pm, and a very nice lady with a sign was waiting for me at the airport.
I, who thought I was bilingual because of a 2 month course, could not understand much and without having even one hour in that country, I was already getting frustrated not being able to communicate.
Not lost in translation
I was taken to what would be my new home for the next three months. Rita, who would soon become a surrogate mother to me in the midst of all this change, was waiting there, almost asleep.
The first few days were terrible, because, although my head understood a little, I could not manage to say the words properly, and I felt like Tarzan in the city.
I decided not to speak Spanish, even though my classmates were all Latinos, and during breaks they spoke in that language, I started to force myself to use English. And it paid off! Within a month I was speaking more fluently, albeit with little vocabulary, but for me that step set me apart from the others, who had fallen a little behind.
It coincided with the date of the carnivals, and they turned out to be very colorful (not as colorful as the ones in Brazil, which I had the joy of attending many years later). On that occasion I declined the invitation of my classmates and went with Mrs. Rita and some friends to watch it from one of the main boxes.
Pre-Carnival Celebration. Image by Sahil prajapati on Pexels Fuente
From that day I remember my surprise to engage in a pleasant conversation with a stranger, completely in English, and that she did not distinguish in me any accent or mispronunciation that would give me away.
It was after that experience that my confidence was consolidated in learning that language. That allowed me to make friends that I still keep, to know most of the country, in a somewhat crazy expedition, with a couple of "*crazy friends*" that took me to a rare tasting of food and drinks in different places, all in one night.
After the carnival days, it was the celebration of Hosay, a celebration of Muslim origin, celebrated by the community of Hindu descendants living on the island (which is the majority of the population of that country) which consists in the realization of huge models, with figures of mosques, called tadjahs, which walk in procession through the streets of the city, during the day, and at dusk are taken to the sea, where they are deposited on fire.
Mosque replica carried in procession. Image by Nicholas Laughlin on Flickr Fuente
During that celebration I shared with some friends, through the streets of Port of Spain, almost always serving as a translator and commenting and asking the participants about the details of the celebration.
A very particular anecdote is that, during my learning process, I used to visit shopping malls, to get to know, and also looking for "victims" to practice the language. On more than one occasion I would ask mothers or children to talk to me, and when I saw their faces of intrigue or fear, I would tell them that I was an exchange student and that I needed someone to practice my pronunciation with.
Fun facts about Trinidad
Being an English colony, their cars have the steering wheel on the right side, so it was uncomfortable for me to get in on the left side, without feeling like I was the designated driver.
Also, the direction of traffic is the reverse of what we know, so, to cross the street, I looked everywhere, because I didn't know where a car might appear (and that habit never went away).
Their accent is British, but there is an internal English slang that you can hardly learn, at least, I could not speak it or understand it in the 6 months I lived there.
The food is very spicy, and even if you ordered it without spice, it still left you with the sensation of having eaten chili.
Their food can be so spice. Image by Barbara Rosner on Pixabay Fuente
During my stay, I saw hamburger outlets of a worldwide known chain, completely abandoned. The reason? They don't eat beef, as it is considered sacred.
Sarees, or typical Indian dresses for women, are available in any store, but there are models that are for the exclusive use of those who are descendants of the inhabitants of India.
And one last piece of information, although not directly related to the country, it has to do with the experience of traveling. When you go to a new place, try to learn about its history and culture, that will help you to make your experience much more pleasant and enriching than that of just another tourist.
Thanks for reading me!
Fotografías por/Photografy by: Márluy Escalona (selected on Pixabay and Flickr), Redmi9T
Edición/Edition by: @marluy on Canva
Translated with www.DeepL.com/Translator (free version)
Tremenda aventura la que te has dado! Yo viví cerquita de Trinidad hasta los 13 años y nunca la conocí!
Admiro tu valentía y osadía y tengo que confesar que a mí me falta jaja. Soy de planificar demasiado todo, tanto que al final terminó sin hacer nada. Nunca es buen momento para mí y la verdad que a veces quisiera ser lanzada y atreverme a ir en contra de mi corriente pero ha costado. Por eso sigo aquí en el país con papeles apostillados desde hace no sé cuántos años.
Al final tu aventura te llevo a aprender un nuevo idioma, conocer una nueva cultura, ganar nuevos amigos y un sin fin de experiencias valiosas así que fue 100% productivo,así que fue una excelente decisión!
Saludos amiga
Gracias por comentar. Y si, a mi me ha calmado es la maternidad, porque si no, seguiría lanzándome al vacío a cada rato.
No significa que no lo haga, pero cada vez con más conciencia de cómo eso afectará a mis niños.
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WoW te recuerdo de niña y me parece eras bastante tranquila leo ahora tus aventuras y me impresiona, que genial poder vivir experiencias así sin pensarlo mucho, sin tanto análisis ni objetivos hiper claros. La vida es una y hay que vivirla , siempre se saca provecho de cada situación por la que pasamos. Gracias por compartir esta experiencia 😊