Celebro los resultados de la iniciativa número 19 (Amarnos es Arte – Una declaración de fe de nosotros mismos) en la columna del séptimo día de nuestro amigo @emiliorios de #HolosLotus. Sin duda, la síntesis de todas las declaraciones ancladas en reafirmar el amor propio y el despojarse de las culpas, nos lleva al primer paso hacia la maestría en el arte de amar.
Por cierto, he notado en una breve y reciente búsqueda en la mayor vitrina para los bibliófilos (Amazon), que “El arte de Amar” es uno de los títulos recurrentes de los últimos años. Estoy sorprendido por la cantidad de libros cuyas etiquetas representativas empiezan con la susodicha frase, a manera de sufijo, y, en adición, un propósito u objeto. Por ejemplo: El Arte de Amar en la Familia, El Arte de Amar las Cosas Imperfectas, El Arte de Amar para Hombres o El Arte de Amar para Mujeres; lo que reafirma la preocupación de los intelectuales y profanos, y que yo mismo he tarareado en mis últimas publicaciones sobre la causa principal de los males del mundo: La falta de amor, o en su defecto, la impericia en su práctica.
Aún, recuerdo uno de los primeros libros con que me crucé en mi primer año como universitario, allá por los principios de los años 80, y que muy acertado referenció nuestro apreciado columnista en esta iniciativa, El Arte de Amar, de Erick Fromm (gran humanista judío-alemán nacionalizado norteamericano del siglo XX, y versado tanto en sociología, psicología y filosofía). Quizás, a mi entender, uno de los más rigurosos a pesar de su abordaje no técnico a exprofeso. El erudito quiso compartir con todos, sus hondas preocupaciones al respecto, sin pretensiones de sabérselas todas. Hoy, luego más de cuatro décadas, vuelvo a ella, con ojos más curtidos y llenos de experiencias dulces y amargas en el proceso de amar. En tal sentido, os invito a echarle también una lectura, pero con los ojos puestos en la realidad circundante, caracterizada por la inmediatez provista por la tecnología, y así escalar un nuevo peldaño no visto por Fromm. Tal vez, aún influido por los rasgos distintivos de la naturaleza humana gregaria. En lo personal, no lo sé con certeza. Así que, luego de la segunda lectura, tendré bastante en que cavilar.
Si bien, el amarse a sí mismo, pareciera no ser vital en la relación con los demás. Me hace mucho sentido lo argumentado por Fromm sobre el estado de separación. A ver, creo que entro en aguas engañosas. Vamos, aclaremos la mente. Sí, somos individuos que nos autopercibimos con base en los demás. Sin este dejamos de ser individuos. Por lo tanto, somos conscientes de la separación, por un lado, pero al reconocernos en el otro, también nos damos cuenta de ser parte de un todo, y, en consecuencia, esto exige la búsqueda de la unidad. El estar consciente de la falta de unión, implica que experimentamos la angustia y el vacío. Por ello, es necesario amar al otro. Entendiendo el amar como el proceso de reconexión con el todo expresado en la pareja, la familia, la sociedad, el mundo y el universo.
¡Vaya, que me sorprendo a mí mismo!
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¡Entienden! El amar, ni es un medio, ni tampoco un fin en sí mismo. Es un tipo de proceso elemental que amerita disciplina y ejercicio continuo para avanzar en el camino de acortar lo que nos separa. Sí, es emoción, sentimiento, pasión… Pero también abarca lo sublime que trasciende y no hace humano.
Se me ocurre muy interesante, ahondar en el cómo deslindarnos de todo aquello que nos separa, y es aquí, donde juzgo fundamental, el logro de amor propio para avanzar con el amor a los demás. Si se fuese consciente de que todos, sin excepción, somos parte de la unidad, que lidiamos con un estado separado. Quizás sea un dislate en mi línea de pensamiento. Por cierto, nada original, si consideramos la sentencia de amar al prójimo como así mismo, atribuida a Jesús de Nazaret. El problema radica en que pocos saben amarse a sí mismos, luchan con la angustia de la separativa y la confusión ontológica del amor: medio, fin o proceso.
Creo que aprender a amarse es crucial aunado a aprender a lidiar con todo aquello que nos separa. Estamos acostumbrados a separar los procesos para comprendernos, empero en la vida cotidiana estas fluyen en simultáneos y hasta indivisibles. Quizás, el devenir de la vida sea una oportunidad de experimentar amor como sendero a la unidad, con el otro, con el todo, en donde la separación no exista. Suena utópico, así como el de alcanzar la perfección. Probablemente de eso trate la existencia humana, un progreso individual y colectivo hacia un estado superior que no llegamos a comprender por ahora, y que se develara al tiempo justo. Mientras tanto, seamos disciplinados en el arte del amor, esforcémonos en comprender y actuar con respeto, consideración y responsabilidad, avancemos más allá de lo sensorial hasta alcanzar lo arcano.
Al final, intuyo que todavía sobre la teoría y práctica del amor habrá un torrente de tinta, caracteres digitales, sonidos e imágenes que podrían venir interminables, al menos, durante la persistencia del hombre en el universo. De seguro, antes de Ovidio, ya se hubo hablado sobre el Arte de Amar, tal vez perdidas en las incendiadas bibliotecas del mundo antiguo conocido, o sepultadas por las arenas del tiempo en civilizaciones olvidadas. En todo caso, sigamos intentando amar hasta hacernos diestros. Solo así, aspiraremos a un mundo mejor en nuestra área de influencia.
Un breve ensayo original de @janaveda
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I celebrate the results of initiative number 19 (Loving Ourselves is Art - A Declaration of Faith of Ourselves) in the seventh-day column of our friend @emiliorios of #HolosLotus. Undoubtedly, the synthesis of all the statements anchored in reaffirming self-love and the shedding of guilt leads us to the first step toward mastering the art of loving.
By the way, I have noticed in a brief and recent search in the greatest showcase for bibliophiles (Amazon), that “The Art of Loving” is one of the recurring titles of the last few years. I am amazed at the number of books whose representative labels begin with the aforementioned phrase, as a suffix, and, in addition, a purpose or object. For example: The Art of Loving in the Family, The Art of Loving Imperfect Things, The Art of Loving for Men, and The Art of Loving for Women; reaffirm the concern of intellectuals and laymen, which I have hummed in my last publications about the main cause of the evils of the world: The lack of love, or failing that, the imperfection in its practice.
I still remember one of the first books I came across in my first year as a university student, back in the early 80s, and which our esteemed columnist referenced very well in this initiative, The Art of Loving, by Erick Fromm (great German-Jewish humanist, nationalized American of the twentieth century, and versed in sociology, psychology, and philosophy). Perhaps, in my opinion, one of the most rigorous, despite its non-technical approach. The scholar wanted to share with everyone his deep concerns on the subject, without pretending to know them all. Today, after more than four decades, I come back to it, with eyes more seasoned and full of sweet and bitter experiences in the process of loving. In this sense, I invite you to read it again, but with your eyes set on the surrounding reality, characterized by the immediacy provided by technology, and thus climb a new step not seen by Fromm. Perhaps, still influenced by the distinctive features of gregarious human nature. I don't know for sure. So, after the second reading, I will have plenty to ponder.
However, loving oneself does not seem to be vital in the relationship with others. Fromm's argument about the state of separation makes a lot of sense to me. Let's see, I think I'm getting into some tricky waters. Come on, let's clear the mind. Yes, we are individuals who perceive ourselves based on others. Without this, we cease to be individuals. Therefore, we are aware of separation on the one hand, but by recognizing ourselves in the other, we also realize that we are part of a whole, and, consequently, this calls for the search for unity. Being aware of the lack of unity implies that we experience anguish and emptiness. Therefore, it is necessary to love the other. Understanding love as the process of reconnection with the whole expressed in the couple, the family, society, the world, and the universe.
Wow, I surprise myself!
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You get it! Loving is neither a means nor an end in itself. It is a kind of elementary process that requires discipline and continuous exercise to advance in the path of shortening what separates us. Yes, it is emotion, feeling, passion... But it also encompasses the sublime that transcends and does not make us human.
I think it is very interesting to delve into how to detach ourselves from everything that separates us, and it is here, where I consider fundamental, the achievement of self-love to move forward with love for others. If we were aware that we are all, without exception, part of the unit, that we deal with a separate state. Perhaps it is nonsense in my line of thought. By the way, nothing original, if we consider the sentence to love one's neighbor as oneself, attributed to Jesus of Nazareth. The problem lies in the fact that few know how to love themselves, they struggle with the anguish of separateness and the ontological confusion of love: means, end, or process.
I believe that learning to love oneself is crucial along with learning to deal with all that separates us. We are used to separate processes to understand ourselves, but in daily life, they flow simultaneously and even indivisibly. Perhaps, the evolution of life is an opportunity to experience love as a path to unity, with the other, with the whole, where separation does not exist. It sounds utopian, just like reaching perfection. That is probably what human existence is all about, an individual and collective progress towards a higher state that we do not yet understand, and that will unveil itself at the right time. In the meantime, let us be disciplined in the art of love, let us strive to understand and act with respect, consideration, and responsibility, and let us advance beyond the senses to reach the arcane.
In the end, I sense that still in the theory and practice of love, there will be a torrent of ink, digital characters, sounds, and images that could come endless, at least, during the persistence of man in the universe. Surely, before Ovid, the Art of Loving had already been spoken about, perhaps lost in the burned libraries of the ancient known world, or buried by the sands of time in forgotten civilizations. In any case, let us keep on trying to love until we become skilled. Only in this way, we will aspire to a better world in our area of influence.
A brief essay by @janaveda in Spanish and translated to English with www.deepl.com (free version)
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Espero que sean muchos años aún más maravillosos aquí en Hive amigo.
Buen post
¡Qué así sea, @divergente1! Gracias por pasar.
Congratulaciones 📍
Muchas gracias, @marabuzal
💎
Muy interesante y coherente cuanto dice, le felicito. Saludos
Gracias, @felpach. Lo concerniente al amor es un asunto siempre vigente e importante para todos.
Saludos.
¡Felicitaciones!
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