El hombre de blanco/Man in white (Corto 44) [ESP/ENG]

in Writing Club2 years ago

ESPAÑOL


Hola maravillosa persona que paseas por estas líneas. Recibe un cálido saludo de corazón. Espero te encuentres bien. Es un placer y un honor tenerte de visita.

Estoy muy agradecido por esta magnífica oportunidad de compartir, por los comentarios y por todo el apoyo recibido en esta increíble comunidad.

Ven y toma mi mano, demos otro salto hacia esos lugares llenos de misteriosa magia. Prepárate y abandónate a la idea de mantener tu mente abierta, y sígueme por estas breves historias que son para ti y para mí. Una mezcla de fantasía, fábula y realidad, con pequeños toques a tu ser.

Sin más preámbulos, a continuación te dejo otra entrega venida desde los más profundos y recónditos lugares de la imaginación. Cualquier parecido con la realidad es tan sólo una “coincidencia”.

El hombre de blanco

ENGLISH


Hello wonderful person who walks along these lines. Receive a warm greeting from my heart. I hope you are well. It is a pleasure and an honor to have you visit.

I am very grateful for this magnificent opportunity to share, for the comments and for all the support received in this amazing community.

Come and take my hand, let's take another leap into those places full of mysterious magic. Brace yourself and abandon yourself to the idea of keeping your mind open, and follow me through these short stories that are for you and me. A mix of fantasy, fable, and reality, with little touches to your being.

Without further ado, here is another installment from the deepest recesses of the imagination. Any resemblance to reality is just a "coincidence."


Man in white

1.png


Llegó ese momento. Aquellas palabras unidas formaron esa temida frase que nunca quiso, es más, que siempre evitó oír.

Muy a pesar de la deferencia que usó el hombre de blanco para comunicarle esa noticia, él sintió como si alguien le hubiese colocado una inyección de gélido temor en su columna que, rápidamente, se apoderó de todo su vientre.

Pensó en salir corriendo de allí, como si el hecho de agregarle algo de distancia entre él y el hombre de blanco, borraría de un brochazo lo inevitable.

Todo estaba basado en la evidencia, pero no le importó. Eso, para él, no significaba nada. Al menos, eso intentó pretender por un instante.

Se reclinó en el singular asiento, cuyo color gris hacía juego con sus sentimientos. Tal vez, si cambiaba de postura, retomaría algo de compostura. La demencial esperanza de escaparse de sí mismo, se aferró a él, cual espejismo cruel se ensaña con el sediento solitario en un desierto.

Y sólo pasaron unos pocos segundos hasta que él formuló, sin reparos, esa pregunta, muy propia de estos casos.

—¿Y esto… tiene remedio? ¿Es algo temporal o es para siempre?

El hombre de blanco lo miró estudiando sus reacciones, luego deslizó sobre la mesa hacia él, una especie de Tablet que había sostenido previamente en sus manos. Se quitó, lo que parecían ser unos lentes, y suspiró. Su rostro reflejó seriedad.

Él sintió como si alguien le subiera el volumen a cada latido de su corazón. Se preguntó, si él era el único que logró escuchar su retumbe cada vez más ensordecedor.

—Trataré de explicarme lo mejor posible —dijo el hombre de blanco mientras colocó los codos sobre el escritorio para entrelazar sus manos enguantadas, y continuó.

—Volveremos a vernos las veces que sean necesarias, mientras su situación siga siendo, digamos, objeto de estudio—. Y agregó —eso ocurrirá de forma sucesiva, hasta que usted logre responder las tres preguntas básicas —y colocándose de nuevo esos extraños lentes, parecidos a las lupas que suelen usar los joyeros, con un tono de voz más bajo, concluyó.

—Posiblemente, y no se preocupe, ya ha pasado por esto otras veces. Ya verá como en unos dos minutos, cuando mucho, comenzará a experimentar los síntomas —y luego se quedó callado escribiendo algo.

That moment came. Those words together formed that dreaded phrase that he never wanted, indeed, that he always avoided hearing.

In spite of the deference that the man in white used to tell him the news, he felt as if someone had placed an injection of icy fear in his spine that quickly took over his entire belly.

He thought about running out of there, as if adding some distance between him and the man in white would erase the inevitable with a stroke of a pen.

It was all based on evidence, but he didn't care. That, to him, meant nothing. At least, that's what he tried to pretend for an instant.

He leaned back in the singular seat, whose gray color matched his feelings. Perhaps, if he changed his posture, he would regain some composure. The insane hope of escaping from himself, clung to him, like a cruel mirage raging against a thirsty loner in a desert.

And it was only a few seconds before he asked, without hesitation, that question, very typical of these cases.

—And this... is there a remedy? Is it temporary or is it forever?

The man in white looked at him, studying his reactions, then slid across the table towards him a tablet of sorts that he had previously held in his hands. He took off, what appeared to be glasses, and sighed. His face reflected seriousness.

He felt as if someone was turning up the volume on his every heartbeat. He wondered, if he was the only one who managed to hear its increasingly deafening rumble.

—I'll try to explain myself as best I can —said the man in white as he placed his elbows on the desk to interlock his gloved hands, and continued.

—We will meet again as many times as necessary, as long as your situation continues to be, let's say, the object of study —he added —and that will happen successively, until you manage to answer the three basic questions —, and placing again those strange glasses, similar to the magnifying glasses that jewelers usually use, with a lower tone of voice, he concluded.

—Possibly, and don't worry, you've been through this before. You will see how in about two minutes, at the most, you will begin to experience the symptoms —and then he remained silent, writing something.

2.png

Esto último, le generó algo de resignación. Tomó la Tablet, se levantó del grisáceo asiento para despedirse del hombre de blanco, y en eso, percibió algo parecido a un déjà vu, una sensación muy sutil de haber estado antes en ese ¿consultorio?

Finalmente, se despidió del hombre de blanco que, sin levantarse de su asiento, se sonrió ligeramente. Salió de la habitación, y al abrir la puerta, lo inaudito se tornó en pánico, pues todo allí afuera, ardía en llamas.

El fuego parecía quemar cada rincón de ese lugar, menos la habitación del hombre de blanco, que le exhortó inmutable:

—Por favor, cierre la puerta al salir.

Como hipnotizado por la conmoción, él la cerró. Luego miró la Tablet, buscando quizá algo con que aferrarse a la cordura, una apertura que lo sacara de ese aparente ataque de pánico.

Justo en ese momento, se dio cuenta que sus manos no sostenían una Tablet; era un espejo, uno muy particular.

Al mirarlo, este no le devolvió su rostro, le mostró más bien una serie de imágenes que, por alguna razón, le eran familiares. Eran caras de niños, mujeres, ancianos, rostros de animales, y hasta distintas plantas.

Debido a la impresión, sintió como si el espejo lo quemara, y lo soltó de golpe. De inmediato, tuvo el impulso de regresarse a la habitación, pero una extraña fuerza se lo impidió.

A pesar de las llamas, él no sentía calor en absoluto. Supuso que a lo mejor estaba en medio de un extraño sueño lúcido, o más bien de una pesadilla lúcida.

En ese instante, reparó en una figura de gran altura con grandes alas marrones y ropas de colores sombríos que lo miró diciendo.

—Listo. Te dejé que vieras al administrador en jefe una vez más, ¿Complacido? —, y con un rostro indistinguible continuó —la única manera de que dejes de deambular por allí y logres llegar a tu nuevo destino, es aceptar.

Volteó su cabeza para ver la puerta detrás de él, una vez más. Y lo que había estado concibiendo como la entrada a un consultorio, en realidad era una pira funeraria. Una, cuyas llamas se devoraban un cuerpo inerte, era su cuerpo consumido lentamente.

El ser alado lo sujetó por el brazo y lo elevó junto con el humo despedido por esas fauces ardientes, que lo cubrió todo. Su visión se oscureció, y allí comprendió la dimensión de su situación.

El tiempo de esa vida se le había agotado. Y ese extraño ser de grandes proporciones se lo llevó a prepararse para la siguiente. Fin.

This last, generated some resignation in him. He took the Tablet, got up from the grayish seat to say goodbye to the man in white, and in that, he perceived something like déjà vu, a very subtle sensation of having been in that office before?

Finally, he said goodbye to the man in white who, without getting up from his seat, smiled slightly. He left the room, and as he opened the door, the unheard turned to panic, as everything out there, burst into flames.

The fire seemed to burn every corner of that place, except the room of the man in white, who exhorted him immutable:

—Please close the door on your way out.

As if hypnotized by the commotion, he closed it. Then he looked at the Tablet, searching perhaps for something to cling to sanity with, an opening that would snap him out of that apparent panic attack.

Just then, he realized that his hands weren't holding a Tablet; it was a mirror, a very particular one.

When he looked at it, it did not return his face, but rather showed him a series of images that, for some reason, were familiar to him. They were faces of children, women, old people, animal faces, and even different plants.

Due to the impression, he felt as if the mirror was burning him, and he let go of it suddenly. Immediately, he had the impulse to return to the room, but a strange force prevented him.

Despite the flames, he felt no heat at all. He supposed that maybe he was in the middle of a strange lucid dream, or rather a lucid nightmare.

At that instant, he noticed a tall figure with large brown wings and somber-colored clothes looking down at him saying.

—Well. I let you see the chief administrator one more time, pleased? —and with an indistinguishable face he continued —the only way for you to stop wandering around and reach your new destination is to accept.

He turned his head to look at the door behind him, once again. And what he had been conceiving as the entrance to an office was actually a funeral pyre. One, whose flames were devouring an inert body, was his slowly consumed corpse.

The winged being grabbed him by the arm and lifted him along with the smoke given off by those fiery maw, which covered everything. His vision darkened, and there he understood the dimension of his situation.

The time of that life had run out. And that strange being of great proportions took him away to prepare for the next one. The end.

Final.png

Gracias por la bondad de pasar por acá y regalarme un interludio de tu tiempo, un trozo de tu devenir. Son bienvenidas todas tus impresiones.

Hasta una próxima oportunidad.

Todas las imágenes son originales y realizadas por mí. Las he digitalizado con GIMP GNU IMAGE MANIPULATION PROGRAM

Thank you for the kindness of stopping by and giving me an interlude of your time, a piece of your future. All your impressions are welcome.

See you next time.

All images are original and made by me. I have digitalized them with GIMP GNU IMAGE MANIPULATION PROGRAM

Translated with www.DeepL.com/Translator (free version)

Sort:  

Una interesante forma de ver lo qué ocurre cuando llega la hora de cambiar de vestido.

Me gustó la descripción y a la vez me impactó cuando el hombre se vio en el espejo.

Me quedó la duda de cuáles son esas tres preguntas básicas.

Nuevamente te felicito por las ilustraciones que estás logrando.

Gracias por venir a consentirme con tus cortos.

Saludos

Gracias gracias gracias por leerme...
Alerta Spoiler:

  1. ¿Quién soy?
  2. ¿De dónde vengo?
  3. ¿Hacia dónde voy?

Saludos de corazón 💙☺️. Y reitero mi gratitud por venir acá para compartir tu universo y por comentar 👍🏽

Imaginen que eran esas preguntas 😉

Es una historia muy interesante. Esto me recuerda una canción de salsa muy vieja que decía ¿y si no reencarno na.? ¿ah?. un abrazo y felicidades

Gracias @osomeltrozo por comentar. Así es, y "¿qué será qué será qué será ?"🎵🎶 Muy apreciada tu visita a estas tierras.

Saludos de nuevo 🙏🏽💙🙏🏽

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