De manera general, se afirma que no se puede concebir la vida sin comunicación, y esto es así. Sin embargo, las relaciones humanas están plagadas de desaciertos comunicacionales. Muchas veces tenemos dificultad para lograr que otras personas nos entiendan cuando deseamos expresar una idea o un sentimiento, generando sentimientos de rabia, frustración y malestar por ser incomprendidos.
Este tipo de enredo comunicacional no es exclusivo de un área en particular en nuestras vidas; se ven afectados nuestro entorno laboral, personal, familiar y de pareja. En contraposición a esto, la comunicación es también un medio para que exista apertura y se obtenga retroalimentación acerca de uno mismo, apoyo, aceptación y confirmación de que somos dignos de establecer una relación íntima exitosa.
Es decir, lo que hace compleja la comunicación en las relaciones interpersonales es producto de que todos los seres humanos hemos sido expuestos a diferentes patrones de crianza, lo cual hace que tengamos interiorizadas distintas formas de comprender el lenguaje, los gestos y las acciones que las personas que nos rodean tienen para con nosotros, y lo más importante de nosotros para con ellos.
A través de la comunicación se pueden observar manifestaciones que explican en buena medida las formas de interacción que se establece en una relación de pareja. De tal manera que la comunicación abarca una amplia gama de signos que representan cosas, sentimientos e ideas como por ejemplo, intercambio de miradas, besos, caricias, encuentros especiales como signos de amor o silencios o alejamientos como muestras de enojo. La proximidad en la relación de pareja hace que en alguna etapa de su ciclo surjan una serie de conflictos.
Situaciones que dificultan la comunicación y la construcción del espacio íntimo como lo son las jornadas laborales muy largas o ingresos económicos precarios. A ello se suman factores tales como: dinero, actividades de la casa, relación con los parientes, diferencias de valores, expectativas de la relación, el uso del tiempo libre, sexualidad, falta de destrezas de comunicación constructiva-afectiva, formas de solución y negociación de conflictos, etc. Si estas situaciones que generan incomodidad y displacer no se abordan o se negocian, surgen los conflictos en la relación.
Un aspecto importante que debemos tener en cuenta cuando se tiene problemas para conversar o llegar acuerdos con nuestra pareja es el estilo de comunicación que empleamos cuando nos comunicamos. Es más significativa la forma en cómo se da el mensaje que el contenido.
Es importante tener presente que cada persona cuenta con una serie de características determinadas, tanto desde el punto de vista físico como psicológico, y ese punto medio ideal varía de un individuo a otro. Así, lo que para una persona puede resultar adecuado no es generalizable para el otro. Por ello se debe y, de ahí la dificultad, la necesidad de realizar una evaluación adecuada de las habilidades personales como paso previo para mejorar nuestra comunicación...