ME NIEGO A PERDERTE

Era el día de nuestro aniversario, ella estaba preciosa y resplandecía como las estrellas en el firmamento, en nuestra velada, le propuse matrimonio y con lágrimas en los ojos, acepto. Le puse el anillo y la besé. Decidimos que en tres meses nos casábamos. Faltaba un día para nuestra boda y sonó el teléfono, era su hermano y me dijo que su padre había fallecido, que triste, fue duro comentarle la noticia, estaba muy alegre por la boda, tuvimos que posponerla, yo me quedaría para resolver todo lo relacionado con la boda.

Tomó el primer barco que salió de Manhattan a Brooklyn, una fuerte tormenta se acercaba y no había vuelos. la estreché entre mis brazos y me despedí de ella. Me quedé viendo el barco hasta que estaba a los lejos, comenzó a llover y me hice cerca al jornalero, en la bocina se escuchó al capitán del barco Queen Elizabeth, tenemos problemas, la tormenta está muy fuerte, se está creando un huracán, necesitamos refuerzos. se escuchó un estruendo, parecía el sonido de un rayo impactando contra el barco y se cortó la comunicación. Corrí rápidamente y le hable al recepcionista, este le hablo al gerente y este le dijo que no podían hacer nada, la tormenta estaba muy fuerte y sería un suicidio enviar una embarcación a rescatarlos. Sentí miedo, pero no podía perderla, me fui al muelle y robé una moto acuática, sin pensarlo me metí al mar, había olas que alcanzaban los 5 metros, la fuerte lluvia golpeaba mis ojos y se me hacía difícil ver el camino, tenía la esperanza de hallar con vida, a lo lejos vi el tornado que se estaba creando, surqué varias olas y me acerqué unos metros.

Mi alma quería morir, el Queen Elizabeth se alzó por los aires y se volcó en el mar, a medida que me acercaba el tornado se iba alejando. El barco se estaba un hundiendo, cuando estuve cerca, varias personas estaban nadando buscando partes del barco para permanecer a flote. Di la vuelta, pero no vía a mi amada por ningún lado, cometí un error, al pasar por el lado del barco, este me succiono y me arrastro con él. Tome una bocanada de aire y me deje llevar por la fuerza del agua que me arrastro hacia el centro del barco, comencé a buscarla en cada habitación, el aire se me acababa poco a poco, vi que en un rincón había un poco de espacio, saque la cabeza y respire un poco, tenía que apresurarme o podía ser demasiado tarde. Me sumergí hacia el pasillo central comencé a buscarla entre los cuerpos inmóviles, y ahí estaba ella, dormida, delicada, mi corazón quería morir, nade rápidamente y tome su cuerpo. Nade con ella en mis brazos, me quedaba poco aire en los pulmones, la recosté sobre una pared y le presione el pecho, le di respiración boca a boca, no me queda una gota de aire, pude ver sus ojos abriéndose, mientras los míos se cerraban poco a poco, me tomo del rostro y compartió un poco de aire, pudimos vernos por un momento y nuestras mentes se conectaron, con la mirada nos dijimos todo. Y el susurro del mar se fue alejando poco a poco y nos hundimos en una oscuridad absoluta. FIN