La historia de las despedidas comenzaron con amigos muy lejanos, hasta llegar al punto de que nuestros hermanos, primos y padres ya no comparten en la misma mesa con nosotros. Todos los temas de conversación convergen en el mismo punto: emigrar y lo difícil que resulta. Mi país se ha convertido en un aeropuerto, con más despedidas que reencuentros. Sentimientos encontrados se desbordan, lágrimas y sobretodo muchas preguntas
Nadie es capaz de entender por completo una realidad sino la ha vivido, además, tratar de explicar el día a día de nuestros habitantes es sumamente complicado y puede rozar la exageración para quienes leen o escuchan nuestras vivencias. Emprender un viaje hacia lo desconocido es tortuoso aun más cuando en cierto modo no queremos emprender dicho viaje. Pero, ¿Qué nos impulsa a tener la osadía de dejarlo todo?
Espiritualmente somos individuos libres, luchando a diario para que no nos coarten esa libertad, pero a medida que se esfuma, nuestro espíritu entra en un estado de alerta continuo. Cuando nuestro cuerpo y nuestra alma entran en un conflicto diario a causa de la incertidumbre todo se vuelve un caos.
El sentimiento de fracaso está a la orden del día entre los venezolanos. La recompensa del trabajo es efímera y solo angustia. Las calles están inundadas de miradas tristes y preocupadas, unas caras grises otros estómagos vacíos y un
sin fin de preguntas que al parecer no tienen respuestas. Sin duda hay un sinnúmeros de razones por las cuales los venezolanos han dejado todo en busca de recuperar la calidad de vida que poco a poco se nos ha arrebatado. El causante de ello se atribuye a inflación, políticas gubernamentales y corrupción.
Muchos piensan que la decisión de irse es cobarde, por no seguir luchando y tomar la vía más rápida "huyendo". Pero cuanta valentía no hay en quien deja absolutamente todo, apostándole al éxito sabiendo que la posibilidad de ello es sumamente baja. Dejar corazones heridos por despedidas que quizás no tengan reencuentro, luchar con el miedo y todos los obstáculos que generan estos nuevos caminos, son las batallas diarias que lucha cada día el que se va.
El inmigrante puede ser admirado o rechazado, todo depende desde el punto de vista en que lo veas, pero entenderlo es una tarea difícil, entender las causas que obligaron a la salida de su país solo la comprende quien vive su realidad, comprender la lucha mental y espiritual diaria por no decaer. Entereza, valentía y paciencia deben de ser nuestros aliados en este proceso enmarañado de "nuevo comienzo".
FUENTE
La historia de las despedidas comenzaron con amigos muy lejanos, hasta llegar al punto de que nuestros hermanos, primos y padres ya no comparten en la misma mesa con nosotros. Todos los temas de conversación convergen en el mismo punto: emigrar y lo difícil que resulta. Mi país se ha convertido en un aeropuerto, con más despedidas que reencuentros. Sentimientos encontrados se desbordan, lágrimas y sobretodo muchas preguntas
Nadie es capaz de entender por completo una realidad sino la ha vivido, además, tratar de explicar el día a día de nuestros habitantes es sumamente complicado y puede rozar la exageración para quienes leen o escuchan nuestras vivencias. Emprender un viaje hacia lo desconocido es tortuoso aun más cuando en cierto modo no queremos emprender dicho viaje. Pero, ¿Qué nos impulsa a tener la osadía de dejarlo todo?
Espiritualmente somos individuos libres, luchando a diario para que no nos coarten esa libertad, pero a medida que se esfuma, nuestro espíritu entra en un estado de alerta continuo. Cuando nuestro cuerpo y nuestra alma entran en un conflicto diario a causa de la incertidumbre todo se vuelve un caos.
El sentimiento de fracaso está a la orden del día entre los venezolanos. La recompensa del trabajo es efímera y solo angustia. Las calles están inundadas de miradas tristes y preocupadas, unas caras grises otros estómagos vacíos y un
sin fin de preguntas que al parecer no tienen respuestas. Sin duda hay un sinnúmeros de razones por las cuales los venezolanos han dejado todo en busca de recuperar la calidad de vida que poco a poco se nos ha arrebatado. El causante de ello se atribuye a inflación, políticas gubernamentales y corrupción.
Muchos piensan que la decisión de irse es cobarde, por no seguir luchando y tomar la vía más rápida "huyendo". Pero cuanta valentía no hay en quien deja absolutamente todo, apostándole al éxito sabiendo que la posibilidad de ello es sumamente baja. Dejar corazones heridos por despedidas que quizás no tengan reencuentro, luchar con el miedo y todos los obstáculos que generan estos nuevos caminos, son las batallas diarias que lucha cada día el que se va.
El inmigrante puede ser admirado o rechazado, todo depende desde el punto de vista en que lo veas, pero entenderlo es una tarea difícil, entender las causas que obligaron a la salida de su país solo la comprende quien vive su realidad, comprender la lucha mental y espiritual diaria por no decaer. Entereza, valentía y paciencia deben de ser nuestros aliados en este proceso enmarañado de "nuevo comienzo".
El titulo impacta inmediatamente, es asi... de despedidas sin retorno, no por ahora. Pues, yo aun me que quedo aqui... Jamas me rendire en ese sentido.