Comparto esa tesis. Lo he venido comentando en otros posts del reto. "La esperanza puede ser paralizante" si no esta acompañada de acción (y esto no implica necesariamente salir a la calle a incendiar una ciudad o enfrentarse con los uniformados). Hay mecanismos pacíficos de resistencia, pero lo que más aterra a un gobernante autoritario es que le pierdan el respeto, que le digan sus verdades, que la gente no se intimide cada vez que los mandan a un censo, a sacarse un carnet, a hacer una cola porque sino se los come el coco...
Los educadores, por ejemplo, se quejan de los sueldos, de las órdenes inmorales de la Zona Educativa, pero las obedecen todas y cuando mandan un supervisor todos quieren complacerlo.
Si cada profesional en su área hace valer sus derechos, en conjunto construimos una verdadera esperanza de cambio y transformación política. Los politicos tendría que medir muy bien sus discursos ante una población más exigente. Lo planteaba Thoreau en Civil Disobedience.Fascinante. Hermosamente diagramado y fenomenalmente escrito, @irvinc.
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Me alegra que te haya gustado. Mientras haya planteamientos como el tuyo hay esperanza. Puede ser que en algún momento dejemos de lado la espera y nos dispongamos a luchar por el futuro de nuestros hijos y nuestros nietos, que pasemos a la acción. Agradezco mucho la visita y tus generosas y alentadoras palabras. Abrazos.