Mediante estas experiencias reales quisiera aportar algo para la prevención del abuso sexual infantil, sobre todo en aquellas madres que acostumbran a dejar a sus hijos con familiares o vecinos. Una madre nos cuenta que se había casado muy joven y tenía dos hijas una de 11 y otra de siete años de edad, su esposo bebía mucho, era un alcohólico y no quería dar solución alguna ante esta adicción, incumplía con sus obligaciones, faltaba al trabajo , descuidando a sus hijas y sus compromisos en el hogar. Decidió dejarlo y salir a buscar trabajo; una de sus hermanas le dijo que ella podía cuidar de las niñas, en vista de que ella observó que el esposo de su hermana era muy religioso, trabajador, bondadoso, cariñoso, además de ser ejemplar al bendecir la mesa como costumbre de los cristianos. Aceptó la propuesta y busco trabajo; con el transcurrir del tiempo fue llamada a la escuela porque la niña mayor presentaba problemas de aseo personal y de conducta, como madre preocupada interrogo a la niña del por qué no se bañaba, porque se le tiraba a los carros en la salida de la escuela, la niña solo la observaba con mucho odio pero no decía nada, al llegar a casa aún con la citación en la mano agarró una correa y comenzó a pegarle pero la niña nada decía, de pronto la niña pequeña le dijo “ mami” no la golpees más por favor, yo te voy a decir lo que pasa, mi tío cuando tú te vas nos toca nuestras partes íntimas y a mi hermana se la lleva a otra habitación , pone películas de sexo y mi tía siempre está dormida y nunca dice nada. La estrategia utilizada por el abusador eran los somníferos que daba a su esposa para que nunca se enterara de nada. Una vez descubierto se conoció que este hombre acostumbraba en la familia a preparar bebidas de colores para los niños y les regalaba juguetitos de piñata para atraer su atención y en casi toda la familia (muy numerosa) todas las niñas expresaron haber sido tocadas por este tío.
Debemos enseñar a nuestros hijos a cuidarse, a ser sinceros con sus padres, a decir NO ante lo que les parece desagradable. Y como madre se hace indispensable estar atentas ante las emociones que se hacen presentes en nuestros pequeños tales como: Tristeza, rabia, desanimo, cansancio, temor, e inseguridad entre otros; pues son síntomas e indicadores de que algo no está funcionando bien. Mayormente, los abusadores son gente del círculo familiar cercano. Pueden ser padres, hermanos, cuidadores y otros familiares adultos. Es poco frecuente que suceda sean desconocidos.
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