Mientras pedalaba hacia los límites de Arequipa, el aire fresco y húmedo me envolvía. En Alto Cayma, aunque el Misti estaba oculto tras nubes grises ☁️, la atmósfera era mágica. La lluvia comenzó a caer, y a pesar de mojarme, seguí pedaleando 🚴♂️, dejándome llevar por la libertad de vagabundear sin rumbo. Cada gota me recordaba que a veces perderse en la lluvia 🌧 es lo que necesitamos para encontrarnos a nosotros mismos 💭. Regresé empapado a casa, pero con una claridad renovada y una paz interior que solo la naturaleza puede ofrecer 🌿✨.