DISCLAIMER: El siguiente artículo puede contener lenguaje y ejemplos considerados vulgares por algunas personas, debido a que tiene epítetos con referencias sexolálicas. Se recomienda su lectura solamente a personsa de criterio formado y con altura de miras. Y si les molesta, pueden salir de mi aula e irse bien a la concha de la lora.
¡Bienvenidos nuevamente queridos alumnos! Muchas gracias a los que se quedaron. En esta nueva clase veremos por primera vez un argentinismo en el aula, y como no, le toca a una frase icónica, tan icónica que De Niro mismo la considera poesía: "La concha de la lora"
En Nada, producción audiovisual maravillosa del año 2023, escuchamos a un enojado Manuel, encarnado por el actor Luis Brandoni decir: "-Y vos: ¡Andate a la concha de la lora!". Y si en algo puedo coincidir con Robert De Niro, quien es el invitado de piedra en dicha producción (me gustaría que fuera en haber envejecido bien y con esa tremenda facha, lamentablemente no es así), es que, sobre muchos otros insultos del porteñol, "la concha de la lora" es poesía pura.
El origen de esta frase conlleva un par de elementos: La concha y la lora. Para hablar de la concha, en este contexto sinónimo de los genitales femeninos, nos tomaremos una clase completa, probablemente (y no es por mero gusto, sin embargo, considero que los múltiples nombres que le damos a los genitales, tanto femeninos como masculinos, merecen su propia mención). La "lora", por otra parte, se refiere a una prostituta y para ello tenemos dos teorías: Una que indicaría de que el rápido hablar de estas muchachas en los burdeles y cabarets argentinos de los años 1900 y en general el concepto machista, que dicho sea de paso me parece horrible, de que las mujeres cotorrean (hablan) mucho, les haya ganado el apodo de "lora", (la cual no me convence para nada y no tiene mayor sustento) y la otra teoría y a la cual al menos desde mi investigación puedo respaldar, nos remonta a fines del siglo XIX y principios del siglo XX, llevándonos para averiguar su origen, como gran parte de las cosas de Latinoamérica y sobre todo de Argentina, a Europa, particularmente a Francia. Por allá por los años 1840, cerca de la iglesia de "Notre-Dame-de-Lorette" (Nuestra Señora de Loreto), en lo que hoy sería el Noveno Distrito de París, existía un foco de prostitución, lo cual derivó en que a un tipo de prostitutas galas de la época se les conociera como "lorettes", mujeres elegantes que vivían de la prostitución exclusivamente. Como dato, también existían las grisettes, que eran mujeres de clase trabajadora que normalmente tenían otros oficios, además de la prostitución, la cual ejercían como un pituto (Chile) o una changuita (Argentina) y no eran consideradas como damas elegantes y finalmente las courtisane (cortesanas), que como su nombre lo indica, eran las prostitutas o amantes de clientes ricos, poderosos e influyentes, mayormente hombres de las cortes (las sugar babies del pasado, dirían los más jovenes). Las lorettes, entonces, estaban entre medio de estas dos otras clases de prostituta. No es de extrañar que, con la llegada a los burdeles de una pujante y rica Argentina de prostitutas extranjeras, sobre todo de Europa, se acuñara y se comenzara a usar el término "lora", en especial para denominar a las lorettes francesas (muchas venían arrancando de las guerras y sus consecuencias en el viejo continente). Además, recordemos que esta pujante Argentina de principios del siglo XX estaba muy cargada de flujos migratorios bastante grandes, sobre todo de hombres jóvenes y solos, en un contexto cultural bastante machista y donde visitar un burdel era algo muy masculino, lo cual definitivamente contribuyó a este tipo de intercambios y sincretismos lingüísticos, haciendo patente la palabra "lora" en el lunfardo, idioma carcelario o del bajo mundo porteño, para denominar a una prostituta.
Pero, ¿por qué usamos "la concha de la lora" para mandar a la mierda a alguien o indicar que algo está lejos? Para allá vamos ahora; esto es netamente mito y no creo que haya cómo probarlo, pero es el origen más aceptado, así que aquí va: Cuenta la leyenda que una mujer, cansada de las insistentes peticiones íntimas de su marido, le dijo furiosa, pero muy ingeniosamente, "¡Si querés tener sexo, andá a la concha de la lora!". De ahí en adelante el resto es historia, seguimos usando el término hasta el día de hoy con la intención de decirle a alguien que cese o deponga su actitud, que se vaya lejos, mandarlo a volar (por no decir derechamente mandarlo a la mierda).
El tango, que nace a mediados del siglo XIX, siempre acompañó las noches de la oscura bohemia rioplatense, siendo considerado como algo vulgar y exclusivo de los arrabales y burdeles hasta más o menos mitades del siglo XX. Y les hablo de tango porque para terminar la clase de hoy, les cuento que en el año 1901, surge el tango "La concha de la lora", de la mano de Manuel O. Campoamor, sin letra. Dicha pieza no superó la censura de la época, por ende, tuvo que ser rebautizada como "La cara de la luna". Como toda censura, dio mucha más popularidad a la expresión y al tango mismo, el cual, cuando era interpretado en los burdeles y en las oscuras noches tangueras de la época, era mencionado con su nombre original.
Como se supone que la esposa iracunda que nos regaló esta poética frase estaba mandando al marido bastante lejos, cuando queremos indicar que algo está a una distancia considerable, también podemos usar este término, así como cuando se indica en mi Chile querido que algo queda "a la chucha" (que hasta lo que se tiene algo de relación con este dicho) o "a la mierda del mundo"; o bien como expresión para denotar frustración. Hay un popular chiste que se hace, de hecho, con esta frase respecto al contexto de lejanía extrema y es particularmente un favorito de este viejo docente.
Hemos llegado nuevamente al final de la clase, como siempre todo comentario, aporte, retroalimentación y lo que sea mientras venga con buenas intenciones y de forma constructiva va a ser muy bien recibido. Espero haber podido enseñarles algo nuevo y les dejo la pregunta abierta de si conocían el origen de este dicho o bien si conocen otra teoría. Hoy no les dejo tarea, solamente va a ser esta pregunta rápida. Además, los dejo salir un poco más temprano, tengo algunas cosas que hacer hoy. ¿Alguna pregunta?
-¿Va donde las loras profe?
-No querido, a esta altura ya la ocupo para orinar y con suerte. Tengo que ir a ver a un sobrino que vino a Argentina y anda turisteando en Plumas Verdes.
-¿Plumas Verdes? ¿Dónde queda eso profe?
-¡En la concha de la lora!, ahora si nadie más tiene preguntas impertinentes, terminó la clase. ¡Hasta el jueves!