CUENTOS DE AVENTURAS
De lunes a viernes después de recoger del colegio a mi nieta de cinco años Emma Victoria, almorzamos junto a su abuelita Marbely y mi nieto Adrián Alonso de un año. Inmediatamente después jugamos lo que hemos llamado Las Aventuras de Emma y su Abuelo. Son muchísimas las que realizamos junto a unos peluches y muñecas que ella posee. Tiene una muñeca de trapo de tez negra y pelo rosado llamada Alberta, un cangrejo de goma espuma de color naranja y amarillo llamado Roberto, un pequeño dinosauro forrado en tela de cuadritos de color rosado y blanco llamado Mumú, una muñeca llamada Dolly Bell con su perrito que posee un chillido escandaloso, llamado hachi y una pequeñita muñeca que por no poseer ropa la pusimos Rosita La Pobre. Las aventuras incluye realizar fiestas de cumpleaños imaginarias de todos esos personajes con tortas y piñatas, preparar pizza, hamburguesas y otras clases de comida, aventuras de escondites, juego a la doctora, en la que Emma es la doctora y revisa a los enfermos cuando se rompen los huesos en el parque (tiene su bata blanca de doctora con su nombre impreso y su equipo médico, aventuras de compra en los centros comerciales, de contar cuentos, de componer y cantar canciones, obras de teatro y show, de visita a la playa o el parque donde viajamos en tren u otras aventuras que podamos imaginar, todos los personajes nombrados participan en la aventura deseada y yo imito su voz cuando están en escena. Prácticamente no tengo reposo, todo eso se realiza en mi cama matrimonial, donde mi esposa no participa. Cuando Adrián, quien ya camina se acerca a la habitación, Emma me dice ”abuelito hoy vamos a tener una aventura complicada”. Es que Adrián rompe el esquema y no nos deja realizar ninguna aventura. Ya tenemos más de tres años realizándolas. Una de ellas fue cuando Emma me pidió que hiciéramos una aventura de contar cuentos y se me ocurrió inventar este cuento que hoy me atrevo a escribirlo y publicar para ustedes, ojala les guste, porque ser padre o abuelo no tiene comparación cuando se ama y se es responsable con sus hijos y nietos. Pido a ustedes si los tienen que los adoren y jueguen con ellos, es el mejor regalo que los llenará de felicidad y aunque nos agote a nuestra edad, vale la pena el sacrificio, porque el amor de nuestros descendientes no tiene precio.
César Augusto Ramos Díaz
LA RANA CHUCHA
Había una vez una ranita que vivía con su madre en las aguas de un hermoso lago. Desconociendo los peligros que allí abundaban, un día decidió visitar su orilla. Se colocó boca arriba, estiró sus largas paticas y cubrió sus brotados ojos con un par de lentes oscuros y se puso a dormir plácidamente. Muy relajada Chucha fue avistada por la señora serpiente quien se acercaba sigilosamente y con voz interior dijo: ya mi almuerzo está seguro, voy a preparar un suculento plato llamado Ancas de Rana al Vapor; de repente silbidos escandalosos comenzaron a escucharse, eran del pajarito de siete colores llamado Jairo, quién, saltando de rama en rama entre los arbustos trataba desesperado de alertar a la inocente Chucha y le dijo “despierta Chucha, la señora serpiente te va a comer”, Chucha despertó y dio un enorme salto que calló inmediatamente al agua donde la señora serpiente no podía atraparla. Una vez fuera de peligro le agradeció a Jairo por haberle salvado la vida “gracias amiguito te debo la vida. La ranita asustada se fue a su casa y le comentó a la señora rana lo sucedido, esta entró en pánico y angustiada abrazó muy fuerte a Chucha, las dos se pusieron a llorar. Una vez calmadas la señora rana le dijo a su adorada Chucha, debes cuidarte hija, no debes salir sin avisarme, porque en la orilla del lago abundan muchos animales que desean comernos. Gracias le damos a Jairo por haberte salvado la vida, le estaremos eternamente agradecidas. Promete que lo no harás nuevamente, porque si no vas a correr misma suerte de tu padre.
Por: César Augusto Ramos Díaz