Las andanzas de Mandi cap. 1

in #artlast year (edited)

capítulo I

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Transcurría el 2020, en el mundo azotaba la preocupación y paranoia de una pandemia que parecía interminable.
En un rincón del litoral Argentino, Mandi, un artista teatral, músico y vj, pensaba que hacer y como afrontar este nuevo modo de vida desde esa virtualidad que él en sus obras, poesías y música denunciaba, ya que veía con cierta náusea a las personas a su alrededor inmersos en el universo del código binario y las pantallitas.
Muchas veces pegaba el grito en lo alto, para darles un regalo de un mensaje vivo pero a cambio solo recibía desprecio.

Por eso cuando todo se fue al mismísimo carajo y declararon el estado de sitio y el uso de barbijos o mascarilla y quédate en casa y aléjate del otro que te puede matar con un soplido.
Entró en una crisis mental.
Primero empezó por meditar y practicar hacer viajes astrales, para por lo menos escaparse de su cuerpo yendo a visitar lugares más allá, en donde el contacto no fuese un problema.
Pero justo cuando sentía que su Alma se desprendía del cuerpo, le daba un tremendo ataque de ansiedark desencadenando un hambre voraz y se bajaba de una lo que había en la heladera (nevera), y bueno eso no era tan buen negocio, menos en la crisis económica de una cuarentena.
Después siguió con las historias en instagram:

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Bueno así como está miles en un día. Obviamente que como sus seguidores estaban al divino botón o al re pedo o rascándose el ombligo en busca de una pelusa que se desprendió de la celeste mascarilla. Recibía decenas de reacciones que le daban un cierto placer mental que el interpretaba como felicidad.
Y sí, cuando se dio cuenta gritó por la ventana:-me convertí en el monstruo que quise destruir!.
Y recibió como respuesta: -milhoooouseee!
(Emoticon de persona golpeándose el rostro)

Tanta desesperación no entraba en su copa de vino ni se esfumaba en las miles de películas que veía en MUBI.

Pero un pequeño respiro llegó el día en que anunciaron que se podía salir y aunque había algunas restricciones el sintió en ese momento un haz de luz que le llenaba el
corazón. Se telentrasporto en ese mismo instante a su bar favorito en la Taragüi city, y después de construir una plataforma gigante donde proyectar, empezó a tirar visuales junto a djs, le pagaban con un poco de dinero y una botella de vino, trato justo para el y sus amigos. La pandilla de Flipper.
(Después abriremos la puerta a estas aventuras que forman parte del mismo universo).
Fue ahí en ese espacio cultural donde todo empezó. Al conocer a viajeros varados por la pandemia despertando en él las ganas de que, sin importar que las fronteras estuvieran cerradas, el igual llegaría a México.
Y Con esas ganas de libertad, guardo un proyector, una laptop y salió de su casa en busca de nuevos horizontes.

Que pasaría de ahí en más? Eso lo veremos en un próximo capitulo de las andanzas de Mandi

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Si quieren más porfa apoyenme compartiendo y comentando. Que viva el arte pero sobre todo el amor y su fuerte pulsar en el corazón.