Astrobert nació hace muchos años bajo el signo de Virgo, y desde pequeño ya mostró un gran interés por los cielos; buena prueba de ello fué el telescopio que le pidió a los reyes cuando solo tenía 5 años. Más adelante entró en contacto con los horóscopos de las revistas del corazón que leía su madre. Pero en ningún momento se sintió identificado con lo que leía sobre su signo del zodíaco. Albert no era para nada ordenado, ni racional, ni planificaba las cosas, ni tenía ningún afán por tener sus cosas limpias y cuidadas, y esto era lo que siempre leía sobre el signo de Virgo. Él era más bien todo contrario, desorganizado, caótico, y despistado. Se pasaba el día imaginando cosas imposibles, tanto, que a menudo se olvidaba incluso las gafas por ahí en cualquier lugar, y solo se daba cuenta de ello cuando notaba que veía borroso.
Años más tarde cuando descubrió que la astrología es algo mucho más profundo y elaborado que lo que se puede leer en las revistas del corazón, lo entendió todo. “Claro, el signo que sabemos todos nosotros es solo la posición del sol, pero hay muchos otros planetas y cada uno puede estar en un signo diferente y aportar distintos matices a la personalidad de uno”. Y ahí estaba en su carta natal bien claro: “Luna en conjunción con Neptuno en el signo de Sagitario” que significaba precisamente eso, caotico, desordenado, imaginativo y despistado…
Con el tiempo se fué volviendo más organizado, ordenado y racional. Por el camino estudió filosofía, música, terapias corporales como la quiropraxia o el masaje ayurvédico y por supuesto astrología, la cual no ha podido soltar ni un segundo desde hace ya más de diez años.