Quién dice que no se puede
andar por la vida con una tozudez inocua,
febril y temblando de euforia,
con un tufo de anís cartujo y olor a chicote en la zurda; descarrilado por momentos de soledad
pero a fin de cuenta, un juglar.
Somnoliento por el conflicto que deja
la quietud de la noche y la inquietud de mi mente,
que me dice, que tal vez, dejaste de existir
en el momento que te dejé de nombrar.
«Ya me parezco a la imagen que tienen de mí.» –decía
un Borgiano que se miraba en un trozo de cristal.
Porque sólo
los que rompen el espejo,
saben cómo mirarse en él.
Autor: Luis Bello.
Amigo @saudadelugubre, te felicito. Me gustan tus versos directos, cargados, fuertes. Ya tienes un seguidor.
Esta estrofa es hermosa:
Nuevamente mis felicitaciones. ¡Saludos!
Qué alegría saber que te han gustado dos de los poemas a los que les tengo mucho aprecio. Gracias por tus felicitaciones! Espero sigas votando por los que más te gusten y leer más de los tuyos. Saludos!