(a Laura, mi amiga…)
Lau,
Hay un silencio solemne en tus palabras,
cuando tu rostro de niña curiosa se posa frente al mío,
y con tus ojos frente a mis ojos,
y tus labios aún cerrados no dicen ni una sola palabra,
ni yo espero que me digan alguna.
En cambio, sólo quiero abrazarte
como si yo mismo buscara protegernos
del invierno y de lo macabro debajo de nuestros pies
y que jamás nuestras aves se convirtieran en jaulas
verdugos de pájaros.
Lau,
el tiempo pasa
y recuerdo tu rostro lívido
y de ojos intensos y vivos de un color extravagante,
portadores de una sinceridad de la cual carece tu boca…
Y recuerdo también a tu boca pintada de rojo
como el cielo durante el estío matizado por los besos
de distintos rojos hermosos y tentativos
como fugaces, a la espera de la inminente noche.
Lau,
¿Dónde me hallo dentro de tu corazón?
¿O en los laberintos de tus palabras?
Yo insisto en querer abrazarte solo a ti
como no he hecho nunca con el mundo
porque el mundo es solo para mí
un espejo resquebrajado de bordes cortantes
donde se hayan espantos
que esperan despedazarme con los bordes
hasta matarme…
Dejándome sin una segunda vida donde renacer
junto al mar, o junto a la montaña, o junto al bosque
o en el mundo de nuevo junto a ti.
Lau,
Quizá estas palabras nunca surquen correctamente el viento
Jamás llegando hasta ti
aunque la distancia entre nosotros
no sea más que la de tus labios junto a los míos…
Y todo será igual…
Luces y sombras danzando como imágenes en un caleidoscopio,
Las palabras vertiéndose como tinta sobre el papel;
El odio odiando,
el amor olvidando…
Los intereses poco llamativos;
las palabras talladas en piedra seguirán en piedra…
Todo será igual, Lau…
Al menos, sonríe tú
Recordando tu niñez;
los momentos en que las flores morían entre tus manos,
Pero llegaban unas nuevas
durante la danza alegre de tu corazón.
Tu niñez, tu vejez,
Tú misma hoy y tú misma ayer:
Cuando eras y cuando fuiste;
Abraza tú al mundo.
Un ave se convierte en una jaula,
y queda una tristeza disfrazada de un adiós.
Fuente de la imagen: no encontrado.
Me encanta
Muchas gracias por leerme. Lo aprecio un montón.
Lo bueno de la poesía es que nos sirve para abarcar toda una vida con pocas palabras, la magia de la síntesis y el uso de la metáfora nos permite sugerir aquello que no queremos decir directamente. Uno no termina de saber donde esta la muerte o los recuerdos que nos llenan ese espacio vacío.
Precisamente querido Silher. La metáfora es para la palabra lo que el telescopio para el ojo humano. Es un honor que me haya leído. Un abrazo.