Se sabe que llenar las jarras de la nevera de agua y terminar una relación tóxica tienen algo en común: nadie lo hace cuando hay que hacerlo. Este fue el caso del joven Roberto Ferrer, quien tuvo que viajar al pasado para decirse a sí mismo que llene las jarras porque no tendrá agua todo el fin de semana.
Ferrer del futuro, quien igualmente sigue siendo tan flojo como para ponerle el relleno encima a las arepas, aseguró sobre el suceso: “Coño este chamo no puede ser tan perezoso, que arrecho que uno en el futuro abre la nevera y no hay ni una gota en las jarras, ¡pero ni una por culpa del guevön ese!. Es que mi mamá me lo había dicho antes pero yo no le paraba. Pero tuve que mudarme a vivir solo y quedarme sin agua por tres días para, al fin, darme cuenta de que las jarras no se llenan por arte de magia”, aseguró Ferrer del futuro mientras le entregaba a Ferrer del pasado una lista con los próximos animalitos ganadores.
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