Este caso ocurrió en 1906. Una estudiante cristiana de 16 años se encontraba de misionera en Sudáfrica. La historia cuenta que Clara, sin motivo aparente y en algún tipo de ritual satánico, hizo un pacto con el diablo. A partir de ese momento, la chica comenzó a entender todas las lenguas que anteriormente eran desconocidas para ella, rechazaba los objetos religiosos y además, conocía las historias y los pensamientos de la gente cercana. Posteriormente, los exorcistas se encargaron de realizarle un severo procedimiento de exorcismo a Clara, que intentó estrangular a uno de ellos con su propia sotana. Más de 160 testigos afirmaron haber visto levitar el cuerpo de Clara mientras se le realizaba el exorcismo. A los dos días de comenzar el ritual, los demonios fueron expulsados del cuerpo de