Recientemente viendo y viviendo el tema de las llamadas ideologías de género, LGTBI, etc., se me ha venido a la cabeza el cuento del traje del emperador o rey.
El principio con el que se inculcan estas ideologías es el mismo que el del cuento. Para los que no conozcáis el cuento al final pondré un enlace, para que podáis comprobar la similitud.
Bueno, pues en este cuento hay un rey que es muy presumido y le encanta ponerse ropas muy caras y muy diversas, es tan narcisista que no le importa subir los impuestos al pueblo para tener él más y más, con tal de verse él elegante. Aquí la primera comparación, los gobernantes.
Un día, llegan dos supuestos sastres a palacio y le dicen que ellos tienen unas telas preciosas y que además son mágicas, lo que despierta la curiosidad del rey y le dicen que son invisibles.
Ahí el rey y todos los cortesanos que estaban a su lado empiezan a dudar de estos dos sastres pero ahora viene la manipulación, les dicen que sólo los tontos no pueden verla. ¿Qué es lo que pretenden con eso? Pues está claro, condicionar la respuesta de la gente, si digo que no veo nada me van a decir que soy tonto.
Pues de esa misma manera se perpetra la manipulación de estas neoideologías.
Y todo esto se va preparando durante años en los que primero se da el mensaje hasta que todo el mundo lo sepa y esté condicionado.
Si no puedes ver la ropa del rey, eres tonto
Si no te gusta la ideología de género, eres un machista
Si no te gusta la LGTBI, eres homófobo
Si no te gusta la inmigración masiva ilegal, eres racista
Y así todo, primero se inculca la idea a base de machacar a la sociedad, por ejemplo, resulta extraño que hace ya 20 años nos estuvieran diciendo en España que debíamos aceptar a los negros, que no podíamos ser racistas cuando, primero en España no somos racistas pero no ahora sino ya entonces y segundo es que apenas había negros, entonces, ¿por qué ese afán por inculcarnos esa idea?, ahora está claro, nos preparaban para esta invasión y cuando llegara decirnos que si no la aceptamos somos unos racistas y además malas personas.
Así se instala una ideología en una sociedad, la pena es que en la realidad no tenemos a un niño que nos diga que somos tontos, que el rey está desnudo.
Para evitar acusaciones estúpidas de plagio, el que quiera ver el cuento, se llama "El Rey Desnudo"
Qué cojones, no es mío y es este
Podéis comprobar como se parece lamentablemente a la sociedad actual.