No se como titular particularmente este post, pensé que quiera hablar de primeras veces, pero, yo rara vez recuerdo las primera vez que hice algo, puesto seguramente fue muy desagradable y no quiero recordarlo. Por ejemplo, recuerdo la primera vez que hice rappel, tenía realmente mucho miedo, el solo pasarme al otro lado(vacio) hacia que mis piernas temblaran.
No se como lo termine logrando, pero al final descendí y ese dia solo lo hice una vez. Pero la ultima vez que hice rappel, me arme yo solo el arnés, el mosquetón y me enganche yo mismo al 8 de, me coloque de frente al vacío y baje.
La primera vez descendí desde mas o menos una altura de 15 metros y solo lo logre hacer una vez, la ultima vez que lo hce fue de 50 metros y baje de frente, es decir con mi pecho y cara viendo al vacío.
Esta historia se ha repetido en varias ocasiones, por ejemplo, la primera vez que fume un cigarrillo me supe asqueroso y la sensación desagradable que quedo en mi boca duró horas, por alguna tonta razón seguramente lo seguí haciendo ahora es un hábito o vicio que permanece conmigo y algo que realizo de forma normal o natural.
FuenteAhora, la primera vez que me enamore se parece mucho al rappel, me temblaban las piernas y realmente no sabia que hacer, ni que sentir, mis únicas referencias eran esas películas románticas que digo no disfrutar, pero que realmente abrazo y disfruto.
Siendo un niño no sabes diferenciar lo malo y lo bueno de esas películas, la idea romántica de la toxicidad te parece lo correcto, pero con el pasar de los años aprendes y te formas un juicio y un criterio base para discernir o bueno de lo malo.
Recuerdo un momento en especifico donde era tal mi incertidumbre con respecto al que sentir que no quise hacerlo mas, estaba algo mas joven del o que soy ahora y cuando lo recuerdo solo me quedan decir dos cosas "que estupido" y "ya paso" porque a lo hecho el pecho.
Yo pensé que enamorarse se trata de una especie de rush y sensación magnífica que te abrazaba por todas partes y es mucho mas sencillo que eso. Yo lo describiría como un calor interno, una especie de llama que no quema, tampoco es lo suficientemente pequeña como para pasar desapercibida, es el balance perfecto entre el calor que te brinda y la luz.
Ambas partes se ponen de acuerdo a que distancia se debe estar de la llama, el fuego es tan hermoso que te hipnotiza, las brazas se elevan en el aire y el nucleo de la llama azul refleja todos los anhelos, las virtudes, los defectos, pero con una preciosidad que solo aquellos que quieren ver y sienten pueden disfrutar.
Pero el fuego se puede salir de control, levantando columnas ardientes que solo estar cerca de ellas tuesta la piel, o puede tambien subitamente apagarse dejando solo rastos en el suelo de cenizas sin calor.
Una buena fogata por darle un nombre a este fuego seria aquella avivada por dos, su llama logra ser el centro de la civilización, la sociedad en si misma, hay veces donde solo uno aviva el fuego, para el otro, otras ambos se encargan lo importante es el fuego.
La primera vez que uno enciende una fogata o hace cualquier cosa la incertidumbre te acompaña durante todo el procesos, te hace titubear, hacer estupideces, cometer errores que incluso el mas sabio a veces en su imprudencia cargada de saber también comete.
Pero, hay otras veces donde tu mismo te encuentras en ese punto medio, un alguien quien sabe lo peligroso del fuego, que sabe que puede quemar y salirse de control, pero también se embelesa con las llamas, con el centro azul, con las columnas levantándose.
Me gusta la referencia a una fogata porque si bien esta puede quemar todo un bosque, también puede ser el refugio, y el calor que un alguien necesita, todo esta en controlar el fuego
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