Aquella noche, donde recordé el momento en el que te miraba mientras yo pensaba;
-“Que estoy haciendo en este momento “.
Tenía la sensación de que las cosas iban a regresar a cómo eran antes, nunca estuve tan equivocado.
Vi el delgado puente entre la melancolía y la tristeza, mientras yo caminaba sin rumbo fingiendo que mi mundo aún tenía vida, como si Atlas se inclinara ante una fuerza sin igual, pude sentir en ese momento como todo mi mundo se derrumbaba sin más, sentí esa sensación de vacío; era algo que no se puede plasmar, algo inexistente y de ninguna manera se puede expresar.
Fijándome a mi alrededor pude ver cómo le realidad era solo una farsa, una pared que ocultaba la cruda verdad de los hechos, una sensación de advertencia recorrió mi cuerpo como si me estuviera diciendo que no debía ir más lejos ni tampoco explorar ese plano inexistente y desconocido para mi hasta ese momento.
Tenía miedo de explorar ese mundo por mi cuenta, ya sabía mi destino sin haberlo recorrido, era algo tan predecible que sin importar que hiciera en ese momento el resultado seguiría siendo el mismo, una explosión de emociones invadió mi mente y una profunda tristeza invadió mi pensar.
Di media vuelta y regrese a mi mundo de ficción, quise sentir por última vez la calidez que me brindaba ese entorno de engaños, con cada paso que daba pude sentir una gran desesperación al ver como cada recuerdo iba desapareciendo mientras más lejos caminaba de mi mundo sin igual.
