Lis: Por tu vida, Miguel, cierro los ojos y no veo otra cosa.
Canel: ¿De qué hablas?
Lis: Del boxty.
Canel: ¿Qué es eso?
Lis: Ah, es un pastel de papas exquisito, muy típico de los irlandeses. Qué manera de esmerarse en la buena cocina, por Dios…
Canel: Sí, muy delicioso, la verdad.
Lis: ¿Y qué me dices del coddle? Virgen Santa…
Canel: ¿El de las salchichas?
Lis: Sí, el de las capas de salchichas de cerdo envueltas en bacon, con cebollas y papitas.
Canel: Sí, son muy curiosos en la cocina esos irlandeses.
Lis: Pero aquí en Belarús no se quedan atrás.
Canel: ¿Ah, sí? No me digas. Cuéntame, ¿qué sabes?
Luis: Niño, estuve averiguando en Internet… Hay unas albóndigas que le llaman pyzi, que son de carne y envueltas en puré de papas. Me las imagino y… como que se me hace aguas la boca.
Canel: Lis, Lis, que ya estás un poco pasadita de peso, eh.
Lis: ¿Y Usted, presidente? El chaleco del traje le cubre la panza, que por cierto, ya existía desde que usted era ministro, me consta. Miguel, cuando dejamos de usar la tarjeta de abastecimiento te creció la barriga.
Canel: Lis…
Lis: ¿Me vas a decir que no?
Canel: Y… por lo que veo… ¿ahora le dices “tarjeta de abastecimiento”? Siempre le dijimos libreta de abastecimiento. Lis: Ah, pues… alguien lo dijo. En el Palacio de Convenciones alguien habló de tarjeta y se me pegó. Lo bueno se pega, ¿sabes?
Canel: ¿Lo bueno?
Luis: Las palabras con estilo, lo bueno, lo rico, lo sabroso. Ay, chico, ¿tú ves?... Ya tengo hambre, no puedo más.
Canel: Al menos espera a que saludemos a Lukashenko, ¿no?
Lis: Vaya nombre. Miguel, ¿no podrías encargarte tú mientras yo voy merendando?
Canel: Lis, por favor.
Lis: Sí, presidente, como usted diga.
Excelente manejo del humor.