La palabra apóstol habla del oficio y la palabra profeta habla de la función. Los apóstoles fueron designados como el fundamento siendo la piedra principal de la iglesia que fundó Jesucristo. Los apóstoles fueron escogidos personalmente por Jesucristo. En Mateo 19:1-4 se describe claramente el nombramiento de los doce apóstoles. Lucas 6:12-16 se describe el mismo acontecimiento. La elección se limitó a "hombres que vivieron y compartieron con Jesús en su tiempo, comenzando desde el bautismo de Juan"
Los apóstoles fueron testigos oculares de la resurrección.
Al morir los doce y Pablo, ni el Nuevo Testamento ni la historia de la iglesia narra la elección de algún sucesor de alguno de ellos.
Para ser apóstol, el candidato tenía que ser alguien del primer siglo. Nadie después del primer siglo podría haber sido testigo presencial del ministerio de Jesús y de su resurrección. Ese requisito descalifica de antemano a todos nuestros "apóstoles" de nuestros tiempos modernos.