Cada vez que pienso en el género epistolar me acuerdo del joven Werther (cómo me cayó de mal el pobre, jajaja). Pienso que lo que es genial de las cartas cuando están tan bien escritas es que uno puede sentir que es el destinatario. ¡Excelente! Un abrazo y siga escribiendo cartas a esa persona que inspira tanto en ti.
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