A veces lo ordinario pasa inadvertido, se convierte en un artículo barato en un mundo donde lo caro significa estatus.
Es así como el observar una simple flor que puede nacer al lado de cualquier carretera perdió su belleza por su facilidad al querer adornar nuestros caminos de viaje.
Cuando viajamos o tenemos una meta, sólo queremos llegar hasta allá, a esa promesa de lo bello que encontraremos en nuestro punto de llegada las pequeñas bellezas nuestro camino a veces quedan relegadas e ignoradas.
Pero nunca es tarde para frenar un poco y contemplar