En estos últimos meses he pensado que cuando suceden rupturas entre personas es porque una de las partes ha cambiado. Podría ser cualquiera, pero lo cierto es que ese cambio ya muestra hasta cierto punto una desconexión con aquello que nos mantenía unidos con equis persona.
Puede que no esté diciendo nada nuevo bajo el sol porque todos cambiamos algo todos los días, pero cuando ese cambio trae una transformación en una persona ya sus intereses más básicos cambian por otros, deja de sentir las mismas cosas que antes, respira distinto, y entonces eso se convierte en un buen momento para dejar ir. Y eso sería lo más sensato que uno podría hacer.
Y dejar ir no es para nada fácil, pero también hay que recordar que no existe nada fácil en esta vida, es solo cuestión no de atreverse sino de ponerse a uno mismo como prioridad y soltar lo que sabemos que ya no necesitamos, por amor, por salud, por tranquilidad y paz.