Lo bueno de la amistad

Dice una parábola que dos amigos viajaban por el desierto y en un determinado punto del viaje discutieron. El otro, ofendido, sin nada que decir, escribió en la arena: *_HOY, MI MEJOR AMIGO ME PEGO UN GOLPE EN LA CARA_*

Siguieron adelante y llegaron a un oasis donde resolvieron bañarse. El que había sido golpeado y lastimado comenzó a ahogarse, siendo salvado por el amigo. Al recuperarse tomo un cuchillo y escribió en una piedra: HOY, MI MEJOR AMIGO ME SALVO LA VIDA

Intrigado, el amigo pregunto: ¿Por que después que te lastime, escribiste en la arena y ahora escribes en una piedra? Sonriendo, el otro amigo responde: Cuando un gran amigo nos ofende, deberemos escribir en la arena donde el viento del olvido y el perdón se encargaran de borrarlo; Por otro lado cuando nos pase algo grandioso, deberemos grabarlo en la piedra de la memoria del corazón donde ningún viento en todo el mundo podrá borrarlo.

Según esta parábola nos enseña que nadie es perfecto ni esta libre de pecado, y la Biblia nos dice que “no hay en la tierra hombre justo que siga haciendo el bien y no peque”, esto nos muestra que tarde o temprano TODOS tropezamos mucha veces.

Por eso la humildad mental impedirá que adoptemos un tono o actitud de superioridad, ya que nadie tiene razón de creerse superior a otros ya que todos nos equivocamos de vez en cuando, por eso debemos seguir el ejemplo de Jehová al ser perdonadores ya que al perdonar, dejamos atrás el resentimiento, y puede que la relación con el ofensor no sufra deterioro y el recuerdo de la ofensa poco importante quizás acabe difuminándose, como en la parábola que les dije al principio.

El tiempo que pasamos con cada amigo es lo que hace a cada amigo tan importante, ya que las amistades se constituyen de a pedacitos, es decir, pedacitos de tiempo que vivimos con cada persona y no importa la cantidad de tiempo que pasemos con cada amigo, sino la calidad del tiempo que vivimos con cada persona. Cinco minutos pueden ser más importante que un día entero.

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Muy la historia, deja ver que debemos ser duros para ofendernos... No es fácil, toca nuestro orgullo. Sin embargo en eso consiste la vida en practicar para ser mejores.

Ojala todo los humanos pensemos así, si desde niños os educan a pensar así, todo sería distinto muchas gracias por tu post