La metáfora implícita del poder creador de la palabra, manifestada esta vez en esa muerte por encargo. Penumbras me hizo recordar a la muy querida Andrea, familiar mía margariteña, con quien todos nos gustaba ver la película de terror de los domingos bien tarde, en la noche (¿A quién coño se le habrá ocurrido ese horario para esas películas?), porque terminábamos cagados de la risa porque ella peleaba con los personajes de la película. A ese le habría dicho "¡Si te hubiese mandao a llamar, no ibas tan rápido pa donde estaba ér!
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Que bueno que puedo hacerte evocar buenos recuerdos con mis cuentos, eso me da una gran retribución... espero poder seguir por esa vía