Mis mascotas: Choriza, la bella

Mi nieta nos entregó una bella gatita, blanco con negro y un hermoso lunar en su labio superior. Le tenía por nombre Pin Pin, sin embargo, gatita a pesar de su pequeño porte, es osada, y enfrentó el primer día que llegó a nuestra vida, a nuestra perrita, con gruñidos gatunos y algunos manotazos al aire que no tocaron a Iza, mezcla de labrador y Rottweiler, quien la miró con simpatía y prosiguió su camino, aunque si quisiera habría comido a gatita de un solo bocado.

Por eso su nombre de “Choriza”, ya que trepa donde puede, se lleva bien con nuestros dos peluditos que ya dominan nuestro hogar, y que la han recibido, me atrevería a decir, con alegría, al verla tan pequeñita y osada. En Chile a la gente Audaz, que enfrenta el peligro, se le dice con cariño “Chora”, por lo tanto, la pequeña pasó a llamarse choriza, y así la conocen amigos y parientes que visitan nuestro hogar.

Debo decir que si bien tenemos tres gatitos, el primero, Bandido , es mi amo gato. Nuestra otra gatita llamada Pulga , es un poco de todos, es exageradamente cariñosa, y nos regala de su tiempo y amor en porciones iguales, al menos a mi esposo y a mí.

Sin embargo Choriza es dueña de mi hijo, un mocetón de 21 años, un metro noventa y dos centímetros y más de cien kilos, es decir una bella mole humana, custodiado por Choriza, ya que no le agrada que nadie más que ella entre a su dormitorio, y alega en su idioma gatuno cuando por alguna razón tenemos que entrar a esa habitación, ya sea por algún recado o dejarle su ropa limpia, gatita se molesta por las intromisiones de los otros humanos, cuando ella tiene tanto que hacer con mi hijo.

Las tareas principales de Choriza, (aparte claro, de comer, evacuar y dormir), son acostarse sobre los apuntes de su humano, echarse sobre el tablero del computador, escribirle letras ininteligibles en sus trabajos de la universidad, llenarle de pelos la ropa y el computador, ocuparle media cama en la noche, donde duerme estirada a lo largo, vigilar la puerta para que nadie se atreva a atravesar el dintel sin que ella lo permita o alegue, generalmente ambas, oler y generalmente probar los alimentos que el humano lleva a la habitación, y ser la más bella de los tres gatitos.

Choriza tiene el total dominio de su joven humano, que la consiente lo más posible, y está atento a cubrir sus necesidades de alimento, cariño, y cambiar sus tres cajitas de arena, una por cada gatito. Es que nuestros amos gatito y gatitas son parte importante de nuestra familia, alegrandonos y permitiéndonos ser mejores personas.