El día de hoy quiero compartir con ustedes una da las más grandes inquietudes que atravesamos la mujeres desde ese momento en que nos enteremos que vamos a ser madres, desde ese instante que sabemos que en nuestro vientre hay vida creciendo y queremos para ese ser lo mejor de este mundo.
Es inevitable no sentir en ocasiones algo de nervios o miedo al momento de pensar en la llegada de nuestro bebé. En este sentido es importante resaltar que definitivamente todas las mujeres somos diferentes, así como también cada historia de gestación es distinta. Hay algunas que tienen bien decidido que desean para ese momento, quizás unas estén convencidas que lo mejor es un parto natural, mientras que otras preferirían una cesárea, pero a veces nuestro cuerpo, Dios y nuestro bebe terminan decidiendo por nosotras.
Ahora les contare lo que me paso a mí , desde que me entere que estaba embarazada disfrute cada semana de mí gestación pero cuando me tocaba pensar en ¿cómo iba a recibir a mi bebe? me angustiaba, me llenaba de nervios y nunca sabia que hacer, dedique mucho tiempo de mi embarazo a leer de una opción y la otra a ver si lograba decidir , sin embargo llegué a la semana 31 y aún no tenía idea que hacer. Mi mamá me aconsejo una "Cesárea" cosa que me parecía contradictoria porque ella pario de forma natural tanto a mi hermana como a mí, pero por alguna razón decidí tomar su consejo.
Al llegar mi semana 34 de gestación empece a sentir molestias y diversos malestares, gracias a Dios nada de asustarse pero igual era inevitable no preocuparse. Llegó la semana 35 más un día de embarazo, ya los dolores no se aguantaban, fui al médico, nerviosa, ansiosa y con contracciones cada vez más seguidas, pues sí, ya estaba en trabajo de parto, con 2 centímetros de dilatación y según lo que me dijo el doctor "una pelvis chévere para parir" entonces en mí cabeza retumbo la palabra ¿parir? ¿voy a tener un parto natural? Y bueno sí, luego de un trabajo de parto de 5 horas y media, me atrevo a decir que somos más fuerte de lo que nos imaginamos y capaces de destruir todos los límites que hay en nuestra mente.
Como mujer me siento orgullosa de haber dado a luz de manera natural, admiro a quienes también reciben a sus bebes a este mundo por medio de una cesárea porque de una forma u otra, olvidamos el dolor y nos entregamos con todo nuestro ser para darle amor a nuestros bebes.
Hoy invito a cada gestante a seguir su intuición a no ponerse limites, el miedo se va en el mismo momento que sabes que faltan minutos para conocer a tu gran amor. Sí bien es cierto que un parto natural trae un sin fin de beneficios neurológicos e inmunológicos, respeto la opinión de cada mamá. El parto vaginal es una experiencia magnifica que Dios ha diseñado de manera única solo para nosotras las mujeres, así que sin dudas alguna somos capaces. Mi consejo es que no se pierdan esta experiencia siempre y cuando sea posible para su cuerpo dar a luz sin poner en riesgo la vida de su bebe.
La cesárea siempre es un tema más delicado y que lleva un tiempo de mayor recuperación para la madre. Pero como lo he escrito antes sigan su intuición, con el corazón respeto y admiro la decisión de cada mujer de este mundo.
"Cuando la mujer está para dar a luz, tiene aflicción, porque ha llegado su hora; pero cuando da a luz al niño, ya no se acuerda de la angustia, por la alegría de que un niño haya nacido en el mundo." La Biblia. Juan 16:21
Excelente historia, @vikybracho. Espero mañana tengas un feliz día de las madres!
Muchas gracias! un abrazo.