Después de durar varios minutos dudando
Tome la decisión de dejar mi inacción
Estabas ahí bajo la lluvia.
Desde la ventana de mi cuarto podía oler la tierra mojada
Y ver como tu bello cabello dorado brillaba
Tu tez blanca me hipnotizó
Podría jurar desde lejos que estabas llorando
Y me provoco ser una razón por la cual no deberías llorar
Mientras me estaba vistiendo decidí tomar otro tímido vistazo por el borde de la ventana
Y no te vi en el mismo lugar
Decidí bajar corriendo y dar vueltas en la redoma
Como si mágicamente de la nada fueras a aparecer
Qué infortunio, resulta que ya no estabas
Qué lastima haberte perdido, mi bella flaca.
Sentí que debía compartir este poema con ustedes, muchos amigos que han venido a mi casa conocen la famosa redoma de mi casa y muchos amigos (y quizás tú, lector) también deben compartir el mismo sentimiento que yo sentí en toda la historia que conté con este poema.
El día que estaba decidido de hablar con una extraña en la calle, fue el día que la perdí antes de poder hacerlo, me pregunto si fue por mi bien o quizás la vida solo es cruel.