Por ser mañana el día de las madres quiero enviarles a todas ellas mis más sinceras felicitaciones, ya que no hay nada en este mundo más hermoso que ese ser y les quiero compartir mi experiencia en ese proceso.
Ser madre es el más sincero sentimiento que puede sentir una mujer, es un amor que nace junto con él bebe y es tan grande que ni te lo imaginas, hay que vivirlo para saber que se siente.
Yo me siento una mujer completa y feliz desde que Dios me regalo 2 hermosos hijos, los cuales llevan por nombre Victoria de Jesús de 5 años y Cristofer Jesús de 3 años, sus nombres tienen una historia y es que para mi era imposible tener hijos, padecía de un problema hormonar (prolactina alta), acompañado de una matriz infantil y por si fuera poco tengo un problema con la hemoglobina siempre la tengo baja en 8 o menos y no produzco progesterona , me hice muchos tratamientos y nunca pude salir embarazada con la que en el momento era mi pareja, eso me tenía deprimida, con bajo autoestima, no le encontraba sentido a mi vida si no llegaba a tener familia y sé que muchas mujeres han pasado por una situación así.
No sé si han oído hablar de los embarazos psicológicos, yo viví eso, aun recuerdo todas las pruebas que me hice porque pensaba que estaba embarazada y no hay nada más decepcionante que ver ese negativo, era algo terrible para mí, ya que tenia todos los síntomas y nada era cierto, a veces la ansiedad y el estrés me impide quedar embarazada, ese era otro problema que tenía yo, el pensar en el reloj biológico, que yo con 30 años era joven para muchas cosas pero ya me estaba haciendo vieja para tener una familia era una idea que me atormentaba, no se imaginan como lloraba y le pedía a Dios que me ayudara con eso .
Dure 12 años con mi primer novio y nunca pudimos tener hijos, cuando nos dejamos yo también deje de hacerme tratamientos, me había dado por vencida, pensé que tal vez ser madre no era para mí, me dedique a mi trabajo y me olvide un poco del tema, ya que pensar en eso me hacía daño.
A los meses comencé a salir con un amigo del trabajo y la primera vez que estuvimos juntos sali embarazada, era algo que no podía creer, recuerdo que mi hermana casi me obliga para ir a hacerme la prueba porque yo no quería, ya que tenía los síntomas y un solo día de retraso, cuando me dieron los resultados recuerdo que el doctor salió y me dijo ¡FELICITACIONES! Y me entrego los resultados, me quede sorprendida, no sabía si llorar o alegrarme, tenia muchos sentimientos encontrados, quede perpleja, mi hermana me abrazo y nos pusimos a llorar.
A eso lo llamo un momento de felicidad.
Después pasaron muchas cosas, tuve riesgo de pérdida, ya que presente un desgarre en el útero, lo cual me llevo a un reposo absoluto de 3 meses, luego tuve problemas con la hemoglobina baja, no producía progesterona, pero eso poco a poco lo fui superando, en el tercer trimestre me salió en el examen de la toxoplasmosis el resultado positivo, eso para mí fue un golpe fuerte, al buscar en internet lo que le causaba al niño esa enfermedad me deprimió, no se imaginan como me aferre a Dios, luego comencé con problemas de tensión alta, ya estaba a punto de tener una pre eclancia, casi no comía nada, mi dieta era muy estricta, pero mi tensión era emocional y eso casi no lo podía controlar, pensar en cómo venia la bebe me tenía mal, me la pasaba llorando era muy difícil controlar mis emociones, me enviaron a madurar los pulmones de la bebe urgente para programarme una cesárea, en ese momento le hice una promesa a Dios, de que si mi beba salía bien de todo su nombre era VICTORIA DE JESUS.
La cesárea se complicó un poco porque en ningún momento se me bajo la tensión y así me operaron, pero gracias a Dios todo lo demás salió bien y a los 30 años fui madre de mi primera hija, no se imaginan lo hermoso que es cuando te la colocan en los brazos, es un amor instantáneo que se siente en el momento, porque uno cuando los tiene en la barriga los quiere pero cuando nacen es otra cosa, mi bebe nació sana, le hicieron los exámenes de la toxoplasmosis y todo salió negativo.
Con mi segundo hijo todo fue igual, pero con la diferencia que con él no se me subía la tensión, al contrario se me bajaba, pero gracias a Dios todo salió bien y a los 33 años fui madre por segunda vez del hombre de mi vida, con el descubrí que el príncipe azul si existe,y que a pesar de todo lo que viví en mis 2 embarazos, si ese es el precio que tengo que pagar para poder ser madre lo volvería a hacer de nuevo, porque es algo que vale la pena, ya que no hay amor más grande y puro que el que se sientes por un hijo y el que sé que ellos sienten por mí.
Mis hijos son mi motivo para ser cada día una mejor persona, son mi motor, mi vida entera y por ellos daría la cualquier cosa.