Mio escalaba la montaña, a su lado iba Lex quien cargaba de Moa, su hermano, en la espalda. Mio había aparecido en el valle de la nada, nunca supo de donde vino ni que hacía allí, donde estuvo en su infancia más temprana, Mio solo había aparecido en aquella casa de piedra lisa; esa casa no tenía mucho a excepción de una habitación extraña diferente a todas las demás que tenía muchas cosas, allí fue que Mio pudo encontrar lo necesario para hacer a Lex, quien era su amigo y siempre lo ayudaba y obedecía. Luego llego Moa, apareció de forma tan repentina como él mismo, Lex y Mio no podían dejar de estar perplejos cuando llego Moa, un día, en el piso, viéndolos desde abajo.
Pasaban simplemente los días así, en la casa y los alrededores, que no eran más que un montón de paja hasta donde alcanzara la vista, Mio se sorprendía de que Moa no supiera nada y lo supiera todo, el ya sabía cosas sin saber porqué o cómo, pero Moa sin saberlo, viendo o escuchando, sacando conclusiones a partir de hechos, podía llegar a hacerlas, era como un libro en el que se estaba escribiendo; eso era por demás fascinante; también tenía cosas extrañas, como que necesitase ingerir ciertas cosas y luego las desechaba o que cada tantas horas se quedaba inerte y con los ojos cerrados, con el rostro plácido y luego volvía a la normalidad, cuando esto ocurría Lex siempre se quedaba a su lado viéndolo, vigilándolo hasta que despertara; Mio había hecho lo mismo al principio pero luego se habituó a que así funcionaba Moa.
Lex también debía salir a agarrar sol para seguir activo, si pasaba demasiado tiempo bajo la casa se quedaba inmóvil, solo él no debía hacer nada para seguir, pero entendía que quizás Lex se preocupaba de que Moa no despertase, era un estado extraño, tan extraño que un día paso algo muy curioso, cuando Moa abrió sus ojos luego de una de estas sesiones empezó a decir cosas extrañas "cuando yacía era como estar despierto, anduve por un lugar muy inclinado y grande, se llamaba montaña y la subía, al llegar a lo más alto me pego un aire muy fuerte, tan fuerte que creí que me tumbaría de allí pero abrí la boca y entro en mi, en ese momento me di cuenta que no había podido respirar hasta entonces." Lex y Mio se miraron, no entendían aquello y realmente Moa tampoco.
Moa empezó a gradualmente ser menos animado y activo, se cansaba rápidamente y duraba más tiempo en su estado de reposo; hasta que un día pidió que lo llevaran a la cima de aquella montaña, que cada vez sentía que respiraba menos, que el aire se hacia muy pesado. Lex y Mio no sabían donde ir, pero dejaron su hogar y con Moa emprendieron una larga caminata, caminata en donde no conseguían más que paja, hasta que toparon con la gran montaña, ya para entonces Moa no podía ni mantenerse en pie, su respiración se hacia tan pesada que se escuchaban sus desesperados esfuerzos por agarrar aire.
Y allí estaba Mio y Lex escalando la montaña, hasta que llegaron a la cima, pero al llegar allí no apareció cual en la visión de Moa, no hubo nada que pudiese ayudarlo, y gradualmente sus esfuerzos por respirar fueron bajando hasta el punto de quedar completamente inerte. Lex lo sujetaba fuertemente, pero Mio comprendió que no despertaría, no entendía porqué, todo cuanto el había conocido no era perecedero; sintió una aprensión en su pecho, algo que nunca antes había sentido, para después caer de rodillas, no podía hacer nada, así le parecía, que nunca podría.
Vio una sombra y levanto la vista, era una figura parecida a él pero más delicada en sus rasgos faciales y con cuerpo más voluptuoso, "pobre criatura ¿quieres llorar verdad? nosotros perdimos ese derecho hace mucho" vio a Lex con Moa en sus brazos y se le oscureció la vista, luego volvió a ver a Mio "seguro que él si podría, pero ya no hay casi de su tipo, que puedan crear, nosotros perdimos el derecho de aprender también" Mio se levanto y le dijo "así que no puedo saber de donde vengo ni entender a donde fue Moa ¿cierto?" recibió un asentimiento y la criatura se fue, pero mientras se marchaba Mio la escucho decir "se creía que aquí antes soplaba el viento" en ese momento, Mio y Lex, decidieron quedarse allí, quedarse hasta que el viento soplara, a ver si entonces Moa despertaba, ,moviendo su pecho enérgicamente y soplando de su boca como cuando se levantaba de su descanso.
PD: Nunca he sido gran fan de Monet, sin embargo, admito que sus cuadros aveces (como otras expresiones artísticas) inspiran en mi algunas ideas; al ver este surgió esta pequeña historia. La imagen de un mundo donde ya no hay suficiente aire para las criaturas orgánicas, y aquellas que están no son humanos aunque no dejen de parecerlo, un humano (Moa), un robot (Lex), y una criatura que quizás sus antepasados fueron humanos (Mio) en este mundo ni alegre ni triste pero si muy melancólico, que creyeron que en la cima de la montaña encontrarían aire.
Me gusto tu historia, aunque un poco triste. Saludos.