Necesitaba huir, salir aquí, estar solo, comprender el valor de todo, perderme en la nada. Mil veces caí, y mil una me levante. Fueron tantas las noches largas y estrelladas donde estrelle mi mente contra el muro de la realidad. Y ese dolor me hizo bajar la cabeza para que nadie me lagrimear, y ahí me hizo entender que un deseo no cambia nada, pero una decisión si lo cambia todo. Perdí mucho tiempo por pensar dos veces, gane demasiado experiencia de esos errores. Quise olvidar las cosas que aún me consumen, y a pesar de los intentos, todos sabemos que es imposible hacerlo. Pero si aprendí a superar en tiempo récord. Aprendí a enamorarme, a abrazar, a besar bonito, a follar lento, a correr fuerte, a huir, a extrañar, a volver, a decir lo siento, a volar, a decir no, a decir te quiero sin miedo. Me volví más sensible y mas hijodeput* también, puedo caminar por ambos límites. Es lo que soy, lo que me llevo a otro lado y lo que me hizo regresar. Mis amigos. Un libro. “Y yo encantado de su fuego.”