Cuando llegaba la temporada carnavalera en Venezuela, era sinónimo de playa, disfraces, viaje, minivacaciones, fin de semana largo, bochinche, salidas, juegos con bombita de agua, en fin un verdadero disfrute, las familias y amigos planificaban un labororioso itinerario y por ende los niños no podían dejar de lucir sus respectivos atuendos
El team Villarreal, en Carnaval del 2017.
Para nadie es un secreto que hoy por hoy, en plena crisis venezolana, se ha visto influenciada las celebraciones o temporadas de disfrute; sin embargo se es testigo de cómo los padres en su ejemplar labor le quieren proveer a sus niños unos días de esparcimiento, creando cualquier tipo de momentos para ver sonreír a los mas pequeños de la casa, poniendo a prueba toda imaginación, es el caso mas ejemplar tomar en cuenta los cumpleaños que se celebran para estos días.
Mikelly celebrando su cumpleaños en un sábado carnavalero, 2018.
Por otro lado, se utiliza como pretexto las actividades escolares para brindarles a los nenes unas horas de disfraces.
Fernando Andres y Gabriela Alejandra listos para su desfiles del colegio. Estado Trujillo – Venezuela. 2’018.
Del mismo modo, se hace la acotación de que éstas fiestas dan inicio a lo que se conoce como cuaresma, ya que empieza un jueves y terminan un martes de carnaval, siendo el dia siguiente, un miércoles de ceniza, donde se espera 40 días de reflexión y búsqueda de Dios. Cabe resaltar que estas fiestas carnavalescas no constituyen unas fiestas religiosas sino por el contrario pagana, sin embargo se han constituido en la sociedad como unas fechas importantes desde el oriente hasta la cultura occidental. fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Carnaval
Ronald en su primer carnaval del 2012.
Sean paganas o no, religiosas o no religiosas, traídas por los españoles o como sea, se nota el momento de disfrute de los niños, y eso mis estimados lectores vale la pena ver. PD: mi niño Mateo Javier llega el lunes de carnaval.
Esperando a Mateo, 2018.
Hasta pronto Stemians!!