Hola! feliz viernes. Pues ese tiempo que me tomé en leerte, lo valía tu escrito. Con gusto y mucha atención me detuve a transportarme a tu historia tan cotidiana del día a día en nuestro país, de una manera tan fresca, tan alegre con todas y sus vicisitudes. Hasta recordé tiempos en que nada nos preocupaba, hacer una diligencia era pan comido...ahora es una odisea, una aventura, una conexión permanente con todas las personas que nos rodean..definitivamente todo pasa por algo. Aprendemos en las crisis a valorar más lo que tenemos y podemos hacer. Y también se nos hace más fácil ver los milagros que siempre sucederán. Un abrazo.
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