Parte III, la hechicera y su tercer gatito
Una sombra se movía por los pasillos, pasos se escuchaban en la sala, estaba atrapada y no podía salir, unas tablas se clavaban entre las puertas y las ventanas cada vez que hacia el intento de escapar, intentaba gritar pero la noche se consumía el sonido de su voz, ahogada en una respiración comenzó a llorar, con cada lágrima un pequeño corte aparecía en su vientre, luego en su pecho, la sangre salía gota a gota, cubriendo cada centímetro de su piel; de repente sintió como si algo áspero tratara de confortarla, no entendía que estaba pasando. Era una sensación que conocía, era la lengua de un gato que limpiaba las gotas de sudor que botaba la hechicera mientras se retorcía en su cama teniendo una pesadilla.
Habían pasado ya más de dos años en la escuela, la hechicera, estaba dejando de ser una niña y se convertía en una señorita hermosa, su negra y larga cabellera iba peinada siempre en un moño alto, mostraba elegancia en su andar y en la forma sutil que tenía para comunicarse, nadie se hubiese imaginado nunca que creció corriendo en una montaña. Solo en las noches, mientras estaba sola en su cama, el talante de la joven se veía perturbado y es que desde hace un mes tenía pesadillas que la acosaban y robaban su energía.
Una de esas noches un gato que rondaba por los alrededores de la escuela sintió que un alma le pedía ayuda y fue en su auxilio sin pensarlo mucho. Se coló por una ventana del edificio, corrió por varios pasillos y luego entro a un cuarto que tenía la puerta entre abierta, sobre una cama que estaba iluminada por la luz de la luna, vio a la más exquisita criatura que podía imaginar, aun retorciéndose daba la imagen más salvaje y hermosa que el animal había visto en su vida.
Impresionado por su belleza el gato había olvidado porque se encontraba en aquella habitación y no fue hasta que un grito ahogado lo devolvió a la realidad, que salió corriendo, intento maullar pero la joven no lo escuchaba, así que empezó a lamerle la cara, las manos y el pecho, hasta que pudo despertar a esa pobre chica que parecía más frágil que cualquiera de las aves que él había tenido entre su boca segundos antes de quitarles la vida.
La hechicera se despertó, tardo un poco en entender que estaba pasando, al lograr volver en sí se lanzó sobre el gato y comenzó a llorar como desde hace mucho tiempo no se había permitido hacerlo, después de un tiempo que pareció una eternidad, la chica se calmó, pidió disculpas al felino y lo insto a que se fuera, este que no entendía realmente nada, decidió quedarse un poco más, total la compañía no se le niega a nadie, se enrosco en las piernas de la chica y se dispuso a dormir, ella sonrió se dejó acompañar y con mucho cuidado volvió a acostarse.
A la mañana siguiente descubrió con asombro, que el gato que le había hecho compañía era un muy hermoso espécimen, tan blanco que parecía una pintura y con unos ojos azules que eran como verse reflejado en el mismísimo océano, un pelaje suave como el algodón y un carácter tan imponente que en una noche se había adueñado de la habitación y de los miedos de la hechicera.
Very horror view of this house
Con que soñaba esa hechicera?
Lo sabrás en el próximo capítulo.
I like the pic but unfortunately can’t read post🙁