En esta comunidad, originaria Yukpa, conviven indígenas de las étnias Barí y Wayuu quienes sufren los embates del paludismo; enfermedad que poco a poco va extinguiendo su existencia debido a la falta de medicamentos y deficiencia en el servicio de salud que se presta en el único ambulatorio que tiene la comunidad para atender, además de los 2000 habitantes del Tukuko, a los más de 6 mil que habitan las más de 72 comunidades que se encuentran entre las zonas medias y altas de la sierra. Apenas se cuenta con un técnico del departamento de Malariología, perteneciente al Sistema Regional de Salud del estado Zulia.
Foto: Johandri Montiel, Fe y Alegría Machiques. Ambulatorio Rural 2 Ángeles del Tukuko
Diariamente en el ambulatorio rural tipo 2 del Tukuko se realizan más de 100 pruebas de detección del paludismo o gota gruesa a hombres, mujeres y niños, la cual consiste en la toma de una muestra de sangre a través de una pinchadura o punción lanceta en el dedo, la cual se coloca en una placa de vidrio y se le agrega un reactivo el cual refleja un color específico que se compara en una tabla y que finalmente arroja el resultado; el 50% de los mismos son positivos con Paludismo.
La fiebre alta, dolor de cabeza, escalofríos y vómito son los principales síntomas de esta enfermedad que mantiene en jaque a los pobladores de esta comunidad indígena del municipio Machiques de Perijá.
Las últimas cifras oficiales conocidas datan del año 2016, donde se registraban 300.000 personas contagiadas y 280 muertes por esta causa a nivel nacional (Fuente: https://es.aleteia.org/2018/04/25/la-oms-confirma-el-dramatico-record-de-venezuela-con-la-malaria/) . Sin embargo, de manera extraoficial en la sierra de Perijá, específicamente en el centro misional Ángeles del Tukuko se registraron en lo que va de año más de 400 contagiados y un fallecito por esta causa.
Foto: Hna. Yulis Jordan, hermana de la Caridad de Santa Ana, bajando la fiebre a varias de las alumnas del internado. Centro misional Ángeles del Tukuko
El tratamiento efectivo consiste en un tratamiento combinado, basado en 2 tipos de pastillas: la cloroquina (por 3 días) y la primaquinina (por 14 días), el cual ataca directamente el parásito Plasmodium Vivax (el más común detectado en la zona) que se aloja en el hígado pero en la actualidad no hay en los ambulatorios del país. En sustitución se está aplicando un tratamiento o monoterapia con el medicamento Artesanato derivado de la Artemisinina el cual sirve como paliativo, más no como tratamiento efectivo para el tratamiento del Paludismo lo que puede producir, en el avance de la enfermedad, el llamado paludismo cerebral, el cual consiste en que el parásito del paludismo se aloje en el cerebro.
Habitantes de esta comunidad nos visitaron hoy en nuestra estación Radio Fe y Alegría y se han declarado en emergencia ante las alarmantes cifras de personas infectadas por este protozoario, las cuales ya han generado muertes, no sólo en el Tukuko sino en otras comunidades Bari por dicha enfermedad y exigen a las autoridades regionales del Sistema Regional de Salud les sea dotado el ambulatorio con medicamentos efectivos para la erradicación del Paludismo.
La situación en el oriente del país es similar. Lastimosamente hará falta mucho para que el gobierno se preocupe por dotar a los centros de salud con los insumos necesarios. Además esta es una enfermedad de gran importancia epidemiológica que puede ser controlada con métodos preventivos al evitar la propagación del vector.
Asi es amigo. No hay voluntad para resolver el problema mientras miles y miles se siguen enfermando.
Me pregunto ahora sobre el origen de las infecciones en la zona. ¿Mineros retornados del sur?
No @jeanfreddy, el mosquito anopheles es endémico de las zonas selváticas y la Sierra de Perijá es un bosque húmedo tropical. Es por ello que la enfermedad persiste en la zona. La solución: controlar la proliferación del mosquito a traves de la fumigación permanente y planes preventivos.
La deforestación es el principal aliado del mosquito. Pero justamente me pregunto si estaría pasando como en Oriente, que hay casos autóctonos después de haberlos importa desde las minas.
Triste realidad la que viven nuestros hermanos indígenas. El Paludismo y otras enfermedades erradicadas en Venezuela vuelven aparecer y se llevan vidas.
Así es Rosender. Como el Paludismo, también ha aparecido la difteria en la zona.
Se alargan los tentáculos de estos flagelos que merman la vida, nuestra historia, nuestro acervo en peligro cada vez más, sin un ojo que se abra y un corazón que palpite tan duro que permita que quienes tienen la solución en la punta de un bolígrafo, logren ser asertivos una vez en sus vidas... Gracias por compartir. Saludos!
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