En marco de la celebración de los carnavales, realizados la semana pasada en mi país, Venezuela, visité la casa de mis tíos, a la cual tenía 3 años exactos sin ir por una u otro motivo. Estaba ansiosa, pues, las veces que vamos para ya sabemos que la pasaremos más que bien, preparamos comida muy rica, mi papá y mi tío compran bebidas, y yo me encargo de poner la música. Soy amante de las canciones viejas, incluso de esos merengues, las chatarritas y esas salsas que son de muuucho antes de yo nacer, son las mejores. Estábamos los mismos de siempre (mis papás, hermanas, mis tíos, primas y yo), anexando que esta vez fue mi novio @amengual-r y @mrstrange.
Hubo algo que llamó mi atención rotundamente, y es que normalmente, cuando crecemos y "vamos quemando etapas", nuestra convivencia con niños es muy escasa y son pocas las personas de edad jovial que se instalan a jugar con ellos, a hablar, que le dedican su tiempo y sobretodo paciencia.
Allí lo ven, armando bombas para llenarlas de agua y estar preparados cuando el equipo contrincante viniese a empezar una de las guerras que, si se realiza cuidadosamente, es la más divertida y esperada por todos en Venezuela.
Ciertamente, el tiempo y la edad no perdonan. Pero lo que si no debe de irse jamás, lo que no debe morir y siempre estar con nosotros es ese niño que llevamos internamente. El niño que nos hace sentir vivos una vez más. Muchas mujeres (increíble pero cierto) en mi lugar se hubiesen molestado si ven que su pareja en vez de invertir tiempo al lado de ellas, están haciendo "cosas tontas" cómo esas. Cuando realmente, es la manera más fácil de recordar lo que un día fuimos,es algo que nos hace disfrutar, y también nos distrae, pues en el tiempo que vivimos hoy en día, cuando los valores se han perdido, nada cómo escuchar y ver las ocurrencias de un niño, ¡es una de las cosas más mágicas! Así cómo mi novio, me he sentido en muchas oportunidades. De vuelta a mi infancia que me hizo feliz, que disfruté y supe que era así.
Me sentía feliz, el hecho de ver cómo mi relación con mi novio y mi familia cada día crece más. Para mí es lo más importante, o una de las cosas, pues se tratan de personas que quisiera tener siempre en mi vida. Personas que quiero que me acompañen, y estén conmigo siempre. Y si no importa si le llevo unos cuantos años a mi primito, o mi novio a él, es parte fundamental de mí.
Todo terminó mejor de lo que empezó, cómo en la foto: felices y sonriendo. Pues para eso están los buenos momentos, para vivirlos y disfrutarlos. Sin menospreciar los malos momentos, pues ellos nos enseñan a valorar lo que vemos cómo algo mínimo: la sonrisa.
Y puesssss, ¿que nunca falte la fotico con el filtro de instagram, no? Jajajaja.
Una vez más, gracias por la lectura mis queridos lectores.
¡Nos vemos en un nuevo post!