Hace siglos fuimos a hacer la Cuerda Larga con el club de montaña del instituto, nos cayó la niebla, nos perdimos, y al final, ya de noche, vimos unas luces a lo lejos... echamos a andar y era Soto. Nos dejaron pasar esa noche en el salón de plenos del ayuntamiento, un detallazo, porque a esas horas ya no había transporte.