En estas horas de la tarde, al mostrarse el crepúsculo, mientras que el sol va muriendo por el oeste, me encuentro con este astro protagonista esquinándose en un rincón de la ciudad. Entre las sombras y las nubes, parecía acobijarse, preparándose para cerrar su presentación y darle paso a la luna, su compañera que alterna sus turnos y cuando se fusionan hacen eclipses.
Este sol, esquinado ante mis ojos, me inspiro para hacer este escrito, mientras que a su vez lo retrataba, como quien retrata a un modelo que es esculpido en el tiempo. El tiempo de las horas de una tarde que muere, y así con él se arrinconan mis nostalgias.
Es agradable para mí compartir estas fotografías con ustedes y nuevamente, gracias a ti, por estar del otro lado y leerme.
Soy debil ante un atardecer, me encanta apreciarlos e imaginarme escenarios