Amable y tierna tu mirada
Bienaventurada, más que la luz del alba.
Un día voces vitorearon tu llegada
El mundo extendió sus manos en manjada
Lánguido. por tan bella expresión lozana.
Ahora soy tu corona, como dice la palabra.
Dame tus consejos siempre, oh mujer abnegada
Abre caminos nuevos, sin que pierda tu pisada
Risueña y dulce, como te veo desde mi alma
Inigualable como el paseo en alameda
Eres y serás por siempre mi luz que irradia
Los caminos que la vida me traza
Abuela, mi linda, eres por siempre mi amada.