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Él se llama Caramelo, no se quien le colocó ese nombre. Él es un amigo que un buen día (no recuerdo ese día en particular), llegó a nuestra vida para quedarse.
Caramelo le hace honor a su nombre, no solo por lo cariñoso que es, al can le gusta, le encanta todo lo que sea dulce; Caramelo come torta, helados, panela y todo lo que tenga azúcar.
Entiendo que no es bueno darle azúcar pero a veces pone cara tipo gato con botas de Shrek y salta como loco… que más, toca darle un poquito para que pruebe.
Caramelo fue un perro de la calle. Una familia lo recogió en la plaza de Belén, municipio Libertador, del estado Mérida.
Tras pasar un tiempo con esa familia y luego de la muerte de Mickey (el perro de mi cuñada), Caramelo llega a nuestra casa como un regalo para la familia.
En principio el perro era para mi cuñada, un poco para suplir la ausencia de Mickey, sin embargo, Caramelo se enamoró de nosotros…
Primero fue de mi esposa, él se la pasaba con ella para arriba y para abajo mientras mi cuñada salía, fue esa compañía que los unió.
Luego me empezó a querer a mí ya que cada día que llegó a casa me pongo a hacer lo que ven en el video.
Él busca un hueso, una piedra, un palo, lo que sea y se pone como loco a correr de abajo a arriba y viceversa. Yo lo único que hago es intentar agarrarlo y él solo corre de un lado a otro.
Caramelo es súper consentido por mi esposa. Ella lo baña, le hace comidita (cuando no le consigo perrarina) y hasta lo deja dormir dentro de la casa cuando hace frío.
Es tanto el cariño que hasta le buscamos servicio para que le corten el cabello, es que como tiene el pelo tipo churro se le enreda y a mi esposa no le gusta verlo así tipo “Hippie”.
Caramelo es un perro leal, a pesar de su pequeña estatura, el can siempre está pendiente de cuidar la casa, yo lo regaño porque ladra mucho pero debo entender que es su manera de protegernos.
Caramelo se convirtió en parte de la familia, es para nosotros un miembro más... yo siempre le habló y le digo: Caramelo eres un perro con suerte…
Chamo, ya me enamoré de Caramelo. Quiero jugar con él por horas Jejejeje.
El amigo fiel que decidió amarnos.. Ha sido un verdadero regalo su compañía.
Ay qué ternura Héctor! Me encantó! Los perros endulzan la vida!
Así es amiga, damos gracias a Dios por su presencia entre nosotros. Un abrazo!!
Qué bueno rescatar a los perritos abandonados.
Si chamo, además esta esterilizado al igual que "Cristal" la otra perrita que era de la calle y "Luna" la gata de mi suegra. Todos están sanos y en casa.
Me imagino llamando al perro: "Caramelo, caramelo vente..." jajajaja
jajajajaj, no sabemos quien le puso el nombre, pero le hace honor, a ese chamo le gusta mucho el dulce..
Una vez tuve una perrita, mi la hiciste recordar. Gracias por compartir este relato
Un abrazo amiga. Saludos!!
Los perritos tienen alma. Por eso se meten en nuestro corazón. Buen post Héctor
Así es hermano. Son seres especiales!!
Que hermoso Caramelo!!!! Yo tenia una perrita igual que se llamaba Canela, es muy parecida, me la recordó! Cuidenlo y mimenlo mucho!
Que fino Guzmar! Él llegó a alegrarnos nuestra vida. Cuando llegó cansado a casa él siempre tiene ganas de jugar, a veces le habló y creo que entiende que debe esperar, me sorprende cuando mi esposa le habla, estoy casi seguro que entiende lo que le queremos decir.
Qué lindo, Caramelo. Quiero conocerlo y hacerle amapuchos. Uds son afortunados de tenerlo y él de tener un lindo hogar
Así es Betania, él nos alegra la vida..
¡Me enamoré de Caramelo! ¡Dios, qué perrito tan bonito! Los canes son una excelente compañía, son lo máximo.
Así es amiga, ellos nos mantienen activos jejej