A veces solo basta levantar la vista al cielo para cargar el alma de sentimientos y pensamientos positivos. Es increíble como la naturaleza nos regala a diario espectáculos maravillosos pero, nosotros adsorbidos por nuestra rutina, somos incapaces de disfrutarlos.
Acostumbrémonos a hacer pausas que nos permitan participar de los regalos que mamá natura nos da. ¡Vale la pena!