En la calle suelo conocer gente. La mayoría de veces no sé su nombre, quienes son o de donde vienen. Se cruzan en mi vida para ser fotografiados y ser parte de la historia de una foto. Creo que en parte, así es el arte. Una combinación de causalidad y azar.
La calles regalan la posibilidad de unir distintos mundos, ya que, cada cabeza y cada vida es un universo. Cada segundo de tiempo es relativo, y todos corren la vida de manera diversa. La calles tienen su historia, memorias de hace años. Nadie sabe todo lo que ha pasado, ni todo lo que ha sentido cada calle, es igual a cada ser vivo, nadie sabe lo mucho que contiene la cabeza de otro humano. Entre mucho, y a plena y sencilla vista, solo podemos ver, a primeras impresiones, lo que nuestros ojos permiten, y esto, es realidad, casi tangible en las fotos.
La gran esencia de la fotografía street radica en conocer y hacerse preguntas. En caminar corriendo por un bosque a oscuras. Es estar alerta para saber que te llama la atención dentro de un sueño, donde las fotos ya están hechas, y sueles buscar el medio para hacerlas una realidad física. La fotografía de calle es cruda, pero también espontanea. Es estética en un punto, y al mismo tiempo, no. Creo que hacer fotos de esta manera habla sobre, seguir buscando cada vez más.
Foto tomada con una Nikon D3300 usando un Nikon AI 50mm f2
Revelado hecho en LR5
Todas las imágenes y textos incluidos en este post son mi obra original.
Jesus Solis ©