Me levanto casi siempre tarde, a veces cuando dejo la cortina abierta y el sol me pica los ojos
Reviso mis redes sociales a la espera de algún acontecimiento interesante en el día, algún evento cultural al cual asistir o una reunión con amigos.
Desayuno como todo buen venezolano unas arepas, en mi caso, con Van Gogh observándome algo envidioso y hambriento desde su mundo bidimensional.
Voy a orinar al patio, tratando de recordar siempre no ir contra la dirección del viento mientras me extasío contemplando la belleza de la mata de lechosa.
Leo un rato mientras busco una posición cómoda sobre este diván truncado que deja mis pies caer al suelo.
Trato de afeitarme correctamente, siempre de manera infructuosa, pues apenas la maquina me muerde la piel, la dejo tranquila, como si de un animal casero y rabioso se tratara.
Me doy un buen baño con un envase plástico y un tobo lleno de agua, pues hace mucho no hay suficiente presión en las tuberías para usar la regadera.
Busco una de mis mejores franelas hechas a mano para lucirme ante mis amigos en este día especial.
De los zapatos si no me puedo orgullecer demasiado, están bastante remendados.
Espero a que la señora Ana termine el almuerzo, como pueden suponer, no soy vegano...
Tan buena estaba la comida que olvidé tomarle una foto antes de engullirla con glotonería y desespero.
De postre pruebo mi primer zapote, a decir verdad fue una dulce experiencia que espero se repita.
Mientras reposo, llamo a mi madre en Maracaibo para saludarla y saber cómo lleva los diarios embates de la crisis nacional.
Ya descansado tomo mi guitarra, mi sobrero y salgo por el largo pasillo que da hacia la calle.
Está decorado con algunas de mi obras, con sus ojos atentos, estas semejan vigilantes espiando a los transeúntes.
Me dirijo a participar en un conjunto de actividades en una Fundación dedicada a preservar el legado de uno de los músicos mas importantes de nuestro país, pero antes...
Paso a buscar a mi amigo Reinaldo "el metalero", mejor conocido como Nano, a su casa.
Aparte de ser mi profesor de guitarra es uno de mis mejores amigos, uno de los pocos que oye metal y música clásica. También solemos componer y practicar canciones propias.
Llegamos a la Fundación Alirio Díaz, por si no lo saben este Caroreño fue por un tiempo conocido por ser el mejor guitarrista del mundo.
Acá se conserva una importante colección de partituras creadas por él además de su gran colección de libros, afiches y programas de conciertos en todos los idiomas, instrumentos musicales, obras de arte, discos...
También algunas fotografías como ésta, en que lo acompaña Antonio Lauro, otro genio venezolano de la guitarra.
En esta casa colonial dictan cursos de música, hoy asistimos a uno muy especial, dictado por un ganador del concurso Nacional de Guitarra Alirio Díaz, su nombre es Reynaldo Andersen.
Quien luego, mientras yo me puse a dibujar, dio un gran concierto interpretando algunas piezas para guitarra clásica...
y otras acompañado por un flautista caraqueño que me sorprendió con las profundas bocanadas de pez que daba para poder ejecutar su instrumento y no morir asfixiado en el intento.
Les regalé a ambos algunos de los dibujos en agradecimiento por venir a Carora a deleitarnos con su arte.
Y volví con mi amigo Nano a casa, mientras hacía muecas y me tomaba selfies por las calles del casco colonial de la ciudad
Ya en casa, llamamos a su primo Oscar, con quien estamos ensayando algunas canciones, una compuesta por él titulada "Imagina"...
Y otra aun en proceso llamada "Oso Frontino Asesino" que espero poder cantar utilizando este disfraz de papel maché, cartón y pintura acrílica.
Tras despedirme de Nano y Oscar, quienes se van a sus respectivos hogares a cenar, me pongo a leer y a estirarme un poco para no perder mi elasticidad natural.
Cuando el cansancio me pone como a mi gata Tita, que ni con las luces del Flash de mi cámara puede abrir los ojos, me acuesto a dormir y sueño con que ustedes amigos de Steemit comentan mis posts. Un abrazo a todos desde la ciudad de Carora en el estado Lara.
Me fascina me fascina me fascina quiero ir a carora