¡Hola amigos! Hace pocos días vi una TED Talk que realmente me dejó pensando sobre varios supuestos que tenemos con relación a la familia y, más precisamente, sobre la relación existente entre padres e hijos.
En la charla, Shonda Rhimes (escritora de las series estadounidenses Grey's Anatomy, Scandal y How to Get Away With Murder), relata el cambio e hubo en su papel como madre y workaholic al comenzar a responderle siempre SÍ a sus hijas.
¿Mamá quieres jugar? Sí. ¿Vemos una película? Sí ¿Te quedas un rato más? Sí.
Ella asegura que, al pasar por un desaliento en su trabajo (ya no lo encontraba entretenido), jugar con sus hijas hizo que recordara qué cosas hacían más felices sus días. Además, admite que realmente no le gusta jugar, nadita, pues realmente lo que disfruta es trabajar, sin embargo, dedicar mínimo quince minutos a sus hijas (sin interrupciones, sin rings del celular) le hace sentir bien, que cumple como madre y que es algo que sus hijas, todas bastante pequeñas, agradecen.
Esta charla no es mi favorita. Cuando decidí verla pensé que trataba sobre otra cosa, sin embargo, pudo reafirmar en mí algo que ya sabía, pero no terminaba de darle la importancia que merece.
Shonda asegura en su charla que a los padres no siempre les agrada jugar con sus hijos. Que a veces (o siempre) prefieren hacer cualquier otra cosa. Pero ahí están, jugando a las muñecas, a los carritos o a lo que sea con preguntones niños mocosos (no todos lo hacen, pero es el deber ser).
Luego de que ella admitiera eso, yo pensé ah, cierto~ Probablemente mis papás no disfrutaban jugar conmigo. Y me sentí muy agradecida.
Al mismo tiempo, pensé seriamente en que los hijos, cuando crecemos, a veces no regresamos ni la mitad de esos quince minutos diarios que nuestros padres (teniendo mejores cosas que hacer) nos regalaron.
Bien sea debido a la llegada de la vida laboral o por la adicción a las redes sociales, sólo compartimos con ellos un rápido hola o respondemos a sus cuestionarios con varios bien y ajás.
Luego de ver la charla de Shonda y pensar en los muchos más de quince minutos que me dieron mis papás, me parece que también yo debería comenzar a decir varios "sí".
Si bien, mi pasatiempo favorito no es jugar Scrabble, y tampoco explicar por vez cien cómo activar los datos móviles, sé que más que la actividad en sí, e tiempo y dedicación hacia mis padres que, tal vez, en el momento no es la actividad más divertida pero, en el futuro, la agradeceré.
Porque sólo así se pueden continuar haciendo recuerdos... Todas esas memorias de la infancia en la que participan papás, tíos, tías, abuelas, están allí gracias a que ellos dieron un sí como respuesta. Decidieron que, a pesar de que no era tan divertido, esos serían, más adelante, los minutos más valiosos de sus vida.
Para quienes les interese ver la TED Talk, aquí se las dejo:
https://www.ted.com/talks/shonda_rhimes_my_year_of_saying_yes_to_everything?language=es
Me hizo acordar a una comedia, creo que con Adam Sandler, en la que por consejo de algún gurú de la felicidad se decide a que nunca más diría que no a algo, entonces comienza a aceptar cualquier propuesta que se le hace. Obviamente las propuestas que va aceptando son cada vez peores.
Pero más allá de la nota exagerada, es cierto que hay que buscar estar con los hijos. Y yo vengo aplicando esto de decirle que sí cada vez que me propone jugar con él. Creo que se me va a complicar ahora con el mundial, lástima que todavía no se haya enganchado con el fútbol.
Estimado rickwonders:
Veo que ha sobreinterpretado mi comentario. Nunca he dicho que haya intentado enganchar a mi hijo con el fútbol. Dije que todavía no se ha enganchado. Sucede que los niños de tres años de edad difícilmente concentren su atención en un partido de 90 minutos, al poco rato ya están queriendo hacer otra cosa.
Por otra parte, en mi comentario dejaba en claro mi acuerdo con lo expresado en el artículo y, en consecuencia, resulta evidente que mi frase final a propósito del mundial es una ironía atendiendo al nivel de fanatismo que suele provocar este evento.
En mi opinión, debería Ud. evitar el prejuicio y la arrogancia a la hora de opinar sobre los demás. No se preocupe que yo sé educar y acompañar a mi hijo en sus preferencias.